Un estudio de la Junta revela "engaños" de las tabacaleras en los cigarrillos bajos en nicotina
Una máquina detecta que el tabaco 'light' se fuma con más caladas de mayor intensidad
La Junta de Andalucía ha detectado "engaños" de las empresas tabacaleras en la publicidad de los cigarrillos bajos en nicotina. El laboratorio agroalimenterio, con sede en Sevilla, ha analizado 35 marcas de tabaco y ha descubierto que no es cierta la promoción que hacen las empresas de los cigarrillos, supuestamente, light. "El nivel de nicotina que demanda el organismo es el mismo, por lo que el fumador compensa los cigarrillos que supuestamente tienen menos nicotina con más caladas y más intensas, con lo que el resultado final, en términos de salud, es el mismo", aseguran técnicos de las consejerías de Agricultura y Salud adscritos al plan de la Junta contra el tabaquismo.
El descubrimiento ha sido posible gracias a una máquina que simula de forma exacta la manera de fumar de una persona, informa la agencia Efe. En España hay tres máquinas de este tipo y una se encuentra en el laboratorio agroalimentario de Sevilla. Este centro está integrado en la red de 22 laboratorios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y participa en un estudio que se está haciendo para analizar las técnicas de medición de los cigarrillos.
La OMS pretende homologar las diferentes técnicas de análisis de composición de los cigarrillos para cambiar la actual regulación internacional. El objetivo final es determinar qué cantidad de nicotina, alquitrán y monóxido de carbono consumen realmente los fumadores.
La consejera de Salud, María Jesús Montero, afirmó recientemente que la normativa actual obliga a las tabacaleras a informar sobre la cantidad de nicotina o de alquitrán, pero no se tiene en cuenta la forma en la que fuma una persona o la existencia de los agujeros de ventilación en las boquillas de los cigarrillos. Estos agujeros de ventilación son tapados por los dedos de la persona cuando fuma, por lo que el nivel de nicotina y alquitrán que se ingiere es mayor al declarado en la cajetilla.
Análisis de 35 marcas
Para llegar a la conclusión del engaño, la máquina de fumar ha incinerado decenas de miles de cigarrillos de 35 marcas diferentes. Las pruebas obtenidas ponen de manifiesto que el engaño se produce en elementos no regulados por la ley, como la porosidad del papel, la estructura y número de los agujeros de ventilación del filtro o el grado de concentración del cigarrillo. Estos elementos son determinantes para conocer el efecto nocivo del tabaco, casi de la misma manera que el nivel de nicotina, alquitrán y monóxido que tienen los cigarrillos. Los análisis realizados sí apuntan que en el caso de la composición, la tabacaleras si respetan los indicadores máximos declarados.
Según los técnicos de la Junta, los elementos de diseño (porosidad del papel o los agujeros de ventilación) hacen que un consumidor "crea que fuma menos al comprar marcas bajas en nicotina, cuando en realidad fuma más y más intensamente, con lo que sufre los mismos efectos nocivos". "El nivel de nicotina que demanda el organismo es el mismo, por lo que el fumador compensa los cigarrillos que supuestamente tienen menos nicotina con más caladas y más intensas, con lo que el resultado final, en términos de salud, es el mismo", añaden estos técnicos.
La máquina de fumar también ha permitido llegar a la conclusión de que la norma internacional ISO, que fija los niveles máximos de toxicidad permitidos a los cigarrillos, no resulta eficiente para conocer el impacto que tienen los cigarrillos en la salud de los fumadores.
La norma establece que, en cada calada, el fumador succiona 35 mililitros en dos segundos y repite esta acción una vez por minuto. La máquina, por contra, sostiene que en cada calada se inhalan 55 mililitros; que la calada dura dos segundos y que ésta se realiza dos veces por minuto.
La trascendencia sanitaria de aplicar la norma ISO o la de la máquina se demuestra en que ésta última detecta cuatro veces más alquitrán que la primera, que es la que cumplen las tabaqueras. Los técnicos de la Junta creen que, a medio plazo, se exigirán niveles tóxicos más restrictivos a los cigarrillos y se profundizará en el análisis de sus agentes cancerígenos, actualmente mal regulados.
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