Comodidad o compañía
Últimamente se va generando en nuestro país una cierta postura de comodidad respecto de las relaciones sociales. Se considera mejor tener pocas relaciones sociales y pocos hijos que nos compliquen la vida. Se extiende la creencia de que es mejor no tener mucha gente alrededor y que da más felicidad estar rodeado de un montón de artilugios (sillones relax, obras de arte, muñecos de peluche, equipo de música, DVD, TV, PC...).
Se confunden las cosas al querer reproducir la vida de los ermitaños, cuando lo que pretendían los contemplativos es estar más cerca de la humanidad a través de la oración y el contacto con Espíritu Santo derramado por todo el mundo. Los místicos nunca estaban solos: vivían y viven con Dios, y Dios, con todos nosotros.
Mi experiencia es que teniendo relaciones personales positivas se es mucho más feliz, y que necesitamos relacionarnos con Dios para saber qué personas nos conviene tener a nuestro lado.
La buena compañía nos alimenta, nos nutre, nos enriquece, nos da fuerzas y esperanza, llena de gozo nuestro corazón y pone una gran sonrisa en nuestra cara.
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