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Reportaje:

"No quise dar la razón a los imbéciles"

Zoro, del Messina, también estuvo a punto de irse de un estadio por insultos racistas

Eleonora Giovio

"Al ver lo que hizo Eto'o volví a sentir lo mismo que me pasó a finales de noviembre en el partido contra el Inter", admitió ayer en conversación telefónica con este periódico, Marc André Zoro, defensa marfileño del Messina, de 23 años.

Y es que Zoro sabe lo que significa ser insultado por el color de su piel. A finales de noviembre, durante el partido de Liga contra el Inter, rompió a llorar y amenazó con abandonar el campo. No aguantaba más los gritos racistas que provenían de la grada de los aficionados del Inter. Pensó en abandonar el campo, pero al final siguió en el césped.

"Al final decidí quedarme y seguir jugando, para no darle la razón a los imbéciles que están en las gradas", admitió. "Yo creo que es cuestión de mala educación más que de racismo. Si la gente te insulta por el color de tu piel es porque no ha recibido ningún tipo de educación en su vida", añadió Zoro. "No lo hice para obtener algo, ni para ser protagonista. Le dije al árbitro que quería irme para que la gente entendiera que hace falta respeto", matiza.

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Respecto al episodio del delantero camerunés del Barça en Zaragoza, el marfileño apunta:

"Creo que Eto'o tendría que haber abandonado el campo. La gente debe entender que el fútbol es un espectáculo que tiene que mostrar su belleza y no su lado oscuro", dijo Zoro, que manifestó su apoyo al camerunés. "Si Eto'o se hubiese ido a lo mejor la gente hubiera entendido el mensaje: el fútbol es belleza. Es injusto que nos traten así en el siglo XXI", dice.

El defensor marfileño está acostumbrado a que le insulten y a que le imiten al mono. "En todos los campos hay alguien que me insulta. Intento pasar y hacer como si nada, pero a veces uno no aguanta más y explota", asegura refiriéndose a aquel 27 de noviembre cuando estuvo a punto de abandonar el partido.

"Para mí sólo existe una raza: la humana. No hay distinción de colores, de pieles. Todos somos iguales", afirma convencido. "Si la gente envía dinero a África, a las zonas de guerra, es porque nos quiere ayudar, porque tiene una buena opinión de nosotros", dice. "¿Y por qué entonces hay personas que en los estadios de fútbol insultan a los negros?", se pregunta a sí mismo resignado.

Los gritos contra Zoro no acabaron ni cuando el defensor amenazó con irse del campo, tal como sucedió con Eto'o el sábado en La Romareda. Ni Martins, delantero nigeriano del Inter, ni su compañero brasileño Adriano, consiguieron en Messina que sus aficionados se callaran. El equipo de Massimo Moratti no tuvo que pagar ninguna multa por los deplorables episodios ocurridos en el San Filippo. Pero el fiscal de Messina, gracias a las imágenes televisivas, consiguió identificar a cuatro de los aficionados interistas que insultaron al jugador marfileño. Durante los próximos cinco años no podrán acceder a ningún acontecimiento deportivo, italiano o extranjero.

Medidas judiciales aparte, Zoro ha recibido también el apoyo del Presidente de la Associazione Italiana Calciatori, Sergio Campana, quien pidió al jugador que entrara a formar parte de la asociación, con el objetivo de tomar iniciativas contra el racismo. "Todavía no hemos hecho nada, porque volví de la Copa de África hace pocas semanas, pero estoy contento", dice Zoro con ilusión.

Queda por ver si la ilusión tendrá más fuerza que la resignación. Los radicales del Inter -famosos por sus cantos y banderas racistas- no tienen ninguna duda: nada más conocer la medida judicial adoptada por el fiscal de Messina a finales de diciembre hicieron una huelga en San Siro protestando contra la decisión del fiscal.

Adriano, del Inter, agarra a Zoro para que no se vaya del estadio del Messina.
Adriano, del Inter, agarra a Zoro para que no se vaya del estadio del Messina.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.

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