Los errores paralelos

La tele está llena de programas que se benefician de sus propios despistes. No sé cómo reaccionaría aquí la prensa escrita si la televisión hiciera programas sobre los errores que cometemos. Aunque digamos lo contrario -y sobre todo si decimos lo contrario- los plumillas tenemos muy poco sentido del humor para aceptar nuestros errores, nos cuesta mucho rectificar.

En estas dos últimas semanas se han producido dos fallos técnicos, ambos en programas informativos, que han resultado muy sonados. Uno de esos fallos se produjo en un telediario de La 2 de TVE, y consistió en un baile de vídeos en virtud del cual el líder del PP apareció en medio de unas terribles imágenes carcelarias en Irak. El otro fallo se produjo en el informativo nocturno que en Telemadrid dirige Germán Yanke. Unas imágenes de unos etarras encapuchados y de apariencia doblemente oscura aparecían con este rótulo: Palacio de la Moncloa.

En un clima tan oscuro como éste ambas equivocaciones técnicas convocaban tormentas. Se produjo la primera, y el PP pidió la dimisión de todo quisque en el equipo directivo de TVE. No introdujo una duda, o un respeto a los técnicos. Cuando tuvo lugar el incidente en Telemadrid, los socialistas quisieron darle una lección al partido rival, y se abstuvieron de pedir cabezas.

Da igual. Lo cierto es que la falta de respeto que muestran los políticos ante los fallos técnicos que se producen en los medios clama al cielo y está en contradicción con el respeto que los periodistas reclaman. Por ejemplo, aún no ha pedido perdón Rafael Hernando, diputado popular, por haber dicho de manera abierta que los directivos, los periodistas y los técnicos de TVE habían hecho desaparecer material informativo que supuestamente incriminaba a Felipe González y al equipo que tuvo cuando gobernaba. Ese material nunca desapareció; él lo sabía, y sigue sin pedir excusas por lanzar esa mancha sobre los técnicos cuyo prestigio quiso anular.