Los acusados del macrojuicio de ETA volverán a ser interrogados
El hijo del fiscal Portero intenta brindar por la muerte de un etarra
El macrojuicio que contra 55 presuntos integrantes del entorno de ETA se está celebrando en dependencias de la Audiencia Nacional de la Casa de Campo, de Madrid, tuvo de nuevo ayer sabor a suspensión. La sexta en lo que va de año, y sin que en los últimos dos meses el tribunal haya conseguido interrogar ni a uno más de los 21 acusados que concluyeron su declaración en diciembre de 2005.
Con la contundencia de un martillo pilón y la persistencia de la tortura conocida como la gota malaya, en palabras de algunos de los asistentes, la abogada Jone Goiricelaia solicitó ayer una nueva suspensión del juicio al plantear un nuevo incidente de nulidad de actuaciones. Es decir, nada nuevo si se tiene en cuenta que las defensas han solicitado la suspensión del juicio o aplazamientos prácticamente en todas las sesiones.
En esta ocasión, la letrada pretendía que el juicio se anulase porque los 100.000 folios de otro proceso -las diligencias 75/89, que se han incorporado al sumario a petición de las defensas- contienen documentos sobre los que los 21 acusados que han declarado hasta el momento, no han sido interrogados.
Se da la circunstancia de que ninguno de los acusados quiso contestar ni al fiscal ni a la acusación particular, la Asociación de Víctimas del Terrorismo, pero sin duda no fueron interrogados sobre los documentos que mencionan los abogados de la defensa.
Así que el tribunal, una vez más, para evitar posibles lesiones al derecho de defensa, accedió a suspender la sesión de ayer, aunque no a volver a empezar el juicio, como pretendían los abogados defensores.
La solución, propuesta por el fiscal Enrique Molina, y aceptada por el tribunal, consiste en que se amplíen los interrogatorios de los 21 acusados que ya habían acabado de declarar y que sus abogados les puedan preguntar por los documentos en cuestión.
Es decir, que por octava ocasión el interrogatorio de Xabier Alegria, uno de los principales acusados y para el que el fiscal solicita penas que suman 51 años de cárcel, volverá a posponerse y que la sesión se reanudará hoy con la ampliación del interrogatorio del primer acusado, Vicente Askasibar, considerado tesorero para Vizcaya de la Koordinadora Abertzale Sozialista (KAS).
El final de la sesión estuvo marcado por un incidente entre el público y los acusados. Daniel Portero, hijo del fiscal Luis Portero, asesinado por ETA, pretendió brindar con sidra por la muerte del etarra Igor Angulo. El abogado Txema Matanzas, que es uno de los acusados como presunto responsable de Ekin, forcejeó con Portero, le quitó la botella y derramó su contenido.
Los acusados, en un improvisado homenaje, permanecieron 10 minutos tras una ikurriña con crespón negro frente a la sede de la Audiencia donde se celebra el juicio. Portero y otros seis integrantes de la asociación que preside, Dignidad y Justicia, se pusieron frente a ellos dándoles la espalda, mostrando la bandera española que llevan en sus camisetas.
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