Malla pajarera

Muchos especialistas veterinarios de España consideran que corre prisa cerrar los miles de corrales y granjas que existen en toda España antes de que, dentro de una o dos semanas, comiencen a llegar las primeras oleadas de aves migratorias procedentes de África. No se entiende por qué los responsables de sanidad animal no han tomado aún esa decisión. Es verdad que todavía no se han detectado casos de gripe aviar (lo que no quiere decir que no haya llegado ninguna ave infectada) y que se ha establecido una amplia red de control en humedales y zonas próximas. Pero también lo es que el completo confinamiento de las aves de corral parece la medida más barata, fácil y razonablemente eficaz que existe, por ahora, para evitar el contagio. En los ocho países de la UE en que ya se ha puesto en marcha el cierre de los corrales no parece que las aves salvajes infectadas hayan llegado a contaminar aves domésticas o granjas avícolas. Y ése es, según todos los expertos, el primer objetivo en la lucha contra la extensión del peligroso H5N1.

En España se ha decidido que sea cada Comunidad autónoma la que marque las áreas en las que se debe aislar a las aves de corral y los depósitos de agua de los que se abastecen las granjas. En unos casos, como Madrid, se ha decidido el cierre total; en otros, como Galicia o Andalucía, aumentar las zonas de protección especial. Y en muchas comunidades están siendo los propios alcaldes quienes, como agentes sanitarios, están tomando decisiones. El resultado es una cierta sensación de desorden, que no ayuda a despejar la inquietud de los ciudadanos. Lo lógico sería que el ministerio de Agricultura, en coordinación con las consejerías de las distintas CC AA, asumiera ya esa responsabilidad para, ante la duda, enmallar. Sin esperar a más.