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Reportaje:

El Congreso rememora la infamia del 23-F

La Cámara aprueba una declaración institucional en la que ERC, IV y EA logran difuminar la mención al papel del Rey

El escenario más visible y principal del 23-F, el Congreso de los Diputados, rememoró ayer el intento del golpe de Estado con la máxima sobriedad: la lectura de una breve declaración institucional y la asistencia a la tribuna de invitados de cinco personas que, hace 25 años, se encontraban en la Cámara a las 18.20, cuando el entonces teniente coronel Antonio Tejero, irrumpió en el hemiciclo pistola en mano.

Manuel Marín, presidente del Congreso, y aquel día diputado secuestrado por los asaltantes, dio lectura a un texto de cuatro párrafos en el que se destaca que "la carencia de cualquier atisbo de respaldo social, la actitud ejemplar de la ciudadanía, el comportamiento responsable de los partidos políticos y de los sindicatos, sí como el de los medios de comunicación y, particularmente, el de las instituciones democráticas, tanto la encarnada por la Corona como por las instituciones gubernamentales, parlamentarias, autonómicas y las municipales, bastaron para frustrar el golpe de Estado".

La declaración proclama que el "frustrado golpe del 23-F se saldó con los efectos más adversos a los pretendidos por los conspiradores, y supuso un decisivo fortalecimiento del orden democrático". Además, afirma que el Congreso hace suyos y actualiza los sentimientos "por la libertad, por la democracia y la defensa de la Constitución, clamorosamente proclamados en todos los pueblos y calles de España por millones de ciudadanos y ciudadanas en la inolvidable tarde del 27 de febrero de 1981", en referencia a las multitudinarias manifestaciones en las que se repudió el golpe y se coreó el lema que recoge la declaración institucional.

Al acabar la lectura, los diputados aplaudieron. Antes, Marín mencionó a las personas invitadas a la tribuna principal del Congreso. Se trataba de los entonces diputados Carlos Solchaga y Leopoldo Torres, junto a Miguel Ángel Arredondo, del Partido Andalucista, y Soledad Becerril, entonces diputada de UCD. Junto a ellos, el que era secretario general y letrado mayor del Congreso, Nicolas Pérez Serrano.

La declaración institucional planteó algunas aristas políticas. Eduardo Zaplana, portavoz del PP, denunció en conferencia de prensa, al acabar el pleno, que "resulta ridículo que haya grupos" que no quieran "elogiar" el papel del Rey en "aquellos momentos difíciles y trágicos" y que hayan conseguido difuminar en la declaración final la figura de don Juan Carlos. Zaplana mencionó a los independentistas catalanes de ERC "y a alguno más".

El texto inicial, elaborado por la Mesa del Congreso, contenía un párrafo que decía: "La ausencia de las adhesiones pretendidas o fabuladas por los protagonistas del intento de golpe de Estado, la carencia de cualquier atisbo de respaldo social y, sobre todo, la apelación del Rey a los españoles y su emplazamiento a los mandos de las Fuerzas Armadas para que se atuvieran al cumplimiento estricto de su obligación de garantizar la integridad del orden constitucional, bastaron para disuadir y frustrar la intentona golpista".

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El párrafo fue sustituido por el finalmente aprobado y negociado ayer mismo por la diputada del PSOE Teresa Cunillera, Joan Tardà, de ERC, y Begoña Lasagabaster, de EA. Izquierda Verde hizo saber también que faltaban menciones a la ciudadanía y a las instituciones democráticas.

José Antonio Labordeta (CHA), integrante del Grupo Mixto, como Lasagabaster, destacó más razones formales, porque, en su opinión "el primer texto que nos ofrecieron resultaba excesivamente retórico". Diego López Garrido, secretario general del Grupo Socialista, manifestó que no comprendía la crítica del PP y destacó que por primera vez ERC se ha sumado a una declaración que resulta elogiosa para la Corona.

Las declaraciones institucionales no tienen un trámite concreto, pero exigen la unanimidad de todos los grupos de la Cámara para que se aprueben por asentimiento y sin votación.

- Iniciativa de IU y EUiA. Estas formaciones anunciaron ayer su intención de presentar una iniciativa parlamentaria para que el Rey y otras personalidades que vivieron el golpe de Estado "expliquen a la ciudadanía" todo lo que saben sobre aquellos hechos.

- Carrillo, en la Universidad. Cuando Santiago Carrillo entró en el salón naranja de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid hacía ya más de una hora que no quedaba ni una butaca libre. Compartió mesa con el diputado Manuel Núñez Encabo -quien emitía su voto en el Congreso cuando entró Tejero-, y con varios periodistas, que contaron sus peripecias para lograr que el 23-F los ciudadanos conocieran lo que estaba sucediendo en el hemiciclo. El ex líder del PCE llegó preparado para lo que desde abril pasado se ha convertido en una constante en sus actos públicos: baño de aplausos; e insultos de un reducidísimo grupo de ultraderechistas, que le recibieron brazo en alto y molestaron durante toda su intervención. Expresiones de "asesino", "mataste a 5.000", "y los de Paracuellos, ¿qué?" fueron contestadas con gritos de "fuera fascistas de la Universidad" y aplausos al nonagenario comunista. Pero Carrillo no necesitaba ayuda; no se arredró en ningún momento. Cada acusación tenía su respuesta. "Si hubiera triunfado el golpe de Tejero, estos individuos serían los que estarían aquí, escupiendo sobre nuestra sepultura", aseveró.

Alguien recordó cómo durante al asalto al Congreso, él y Adolfo Suárez fueron los únicos que hicieron caso omiso a la orden de "¡todo el mundo al suelo!". Fue entonces cuando Carrillo aprovechó para reconocer la labor de Suárez en aquella etapa: "Creo que fue una suerte que el Rey le encargara dirigir entonces el Gobierno". También tuvo elogios para don Juan Carlos: "Fue un milagro que el régimen democrático se mantuviera. Si no triunfó el golpe fue por la intervención del Rey". Y para acabar, habló del presente: "Hoy existe una situación muy difícil de crispación, parecida a la de aquellos años", dijo. A continuación sentenció: "Pero España no va a romperse". La peor parte se la llevó un estudiante que fue golpeado en las inmediaciones de la facultad por un grupo fascista al no compartir que Carrillo era "un asesino".

- "No hay ruidos de sables". El ministro de Defensa, José Bono, declaró en una entrevista a Telecinco "que el 23-F, los ejércitos fueron leales, hoy son garantía de libertad y no hay ningún ruido de sables".

- Rajoy: "Ya es historia". El líder del PP, Mariano Rajoy, indicó en Sevilla que "lo mejor" de la intentona golpista es que "no salió y ya es historia. Hoy, España es un país europeo y civilizado, donde pensar que puedan ocurrir cosas así es absurdo".

En la imagen superior, de izquierda a derecha y en primera fila, Carlos Solchaga, Leopoldo Torres y Soledad Becerril; detrás, Miguel Ángel Arredonda y Nicolás Pérez-Serrano, en el Congreso. Abajo, Santiago Carrillo, en la Universidad Complutense.
 / MANUEL ESCALERA
En la imagen superior, de izquierda a derecha y en primera fila, Carlos Solchaga, Leopoldo Torres y Soledad Becerril; detrás, Miguel Ángel Arredonda y Nicolás Pérez-Serrano, en el Congreso. Abajo, Santiago Carrillo, en la Universidad Complutense. / MANUEL ESCALERAEFE

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