El Papa refuerza la línea más conservadora del episcopado al elegir cardenal a Cañizares

El Papa anunció ayer la convocatoria de un Consistorio, el 24 de marzo, para su primer nombramiento de cardenales. En la lista de 15 nuevos purpurados, tres de ellos con más de 80 años, figuran el antiguo secretario de Juan Pablo II y actual arzobispo de Cracovia, Stanislaw Dziwisz, y el arzobispo de Toledo y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio Cañizares, de 60 años. La decisión papal, que refuerza la línea más conservadora de los obispos españoles, crea una situación compleja al dar más rango al vicepresidente del episcopado que a su presidente, el obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez.

Benedicto XVI realizó el anuncio al término de la audiencia general de los miércoles. El pontífice indicó que su propósito es el de "completar el número de 120 miembros electores del Colegio Cardenalicio, fijado por el papa Pablo VI", dado que, después de que varios purpurados alcanzaran los 80 años, edad en que se pierde el derecho a participar en un cónclave, el colegio había quedado reducido a 108 componentes. Tres de los 15 designados ayer son ya mayores de 80 años y su elevación al cardenalato fue explicada por Benedicto XVI como una recompensa a "los servicios prestados a la Iglesia". Se trata del italiano Andrea Cordero Lanza di Montezemolo, arcipreste de la Basílica di San Pablo Extramuros, en Roma; el africano Peter Poreku Dery, arzobispo emérito de Tamale (Ghana) y el jesuita francés Albert Vanhoyem, ex rector del Pontificio Instituto Bíblico y secretario de la Pontificia Comisión Bíblica.

Quedó en el aire la identidad del cardenal in pectore, es decir, nombrado pero no revelado, que Juan Pablo II incluyó en la lista de su último Consistorio, celebrado en otoño de 2003. Se suponía que el nombre oculto era el de Zen Ze-Kiun, al que tal vez se trataba de proteger debido a sus constantes enfrentamientos con las autoridades comunistas chinas. También se especuló con que Juan Pablo II hubiera dejado in pectore al que por entonces era aún su secretario personal, Stanislaw Dziwisz.

Los designados son: Joseph Levada (sucesor del propio Ratzinger como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe), Franc Rodé (prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada), Agostino Vallini (prefecto del Tribunal Supremo de la Firma Apostólica), Jorge Liberato Urosa Savino (arzobispo de Caracas), Gaudencio Rosales (arzobispo de Manila), Jean Pierre Ricard (arzobispo de Burdeos), Antonio Cañizares (arzobispo de Toledo), Nicolas Cheong-Jin-Suk (arzobispo de Seúl), Sean Patrick O'Malley (arzobispo de Boston), Stanislaw Dziwisz (arzobispo de Cracovia), Carlo Caffarra (arzobispo de Bolonia) y Joseph Zen Ze-Kiun (obispo de Hong Kong).

Joseph Zen Ze-Kiun, el neocardenal potencialmente más conflictivo, participó en diciembre en una manifestación que exigía el sufragio universal y pronunció al término de la misma un discurso en el que rogó a la multitud que siguiera "luchando por la democracia". En enero criticó a la policía de Hong Kong por haber detenido a campesinos coreanos que protestaban ante la cumbre de la Organización Mundial de Comercio, reunida en la antigua colonia británica.

Los más cercanos

El Papa ha dado mayor espacio en el "club más exclusivo del mundo", como es conocido el Colegio de Cardenales, a los arzobispos que a los miembros de la Curia. Sólo tres curiales -Levada, Rodé y Vallini- recibirán el anillo y el capelo cardenalicio, mientras que los nueve restantes (de los menores de 80 años) provienen de todo el mundo. Los vaticanólogos subrayan que Ratzinger ha nombrado cardenales a arzobispos muy cercanos a él, como se considera, sobre todo, al español Antonio Cañizares y al italiano Carlo Caffarra, éste muy unido a Comunión y Liberación.

La designación de Cañizares, que ayer concedió conferencias de Prensa en Madrid y Toledo para agradecer con emoción la distinción papal -"En ningún momento me siento príncipe de la Iglesia, sino servidor", dijo-, fue acogida con recelo por numerosos colectivos de cristianos de base. En el PSOE, el coordinador del Grupo Federal Cristianos Socialistas, Carlos García de Andoin, sostuvo que el nombramiento "aparenta" un respaldo del Vaticano a su persona, frente a la línea del presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, "más conciliadora" con el Gobierno español.