_
_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El campus del Besòs

En el debate universitario es frecuente reflexionar sobre la relación de ese mundo con otros entornos sociales. A menudo nos referimos a las relaciones de la Universidad con la empresa y el ámbito laboral, o a aspectos más específicos como el papel de las mujeres en el mundo universitario. Un debate más o menos olvidado es el de la relación entre aquella corporación y la ciudad. Más de 20 ciudades de Cataluña acogen centros de las universidades catalanas.

En Barcelona, la relación entre la Universidad y la ciudad ha sido siempre muy intensa. Empezando por las estratégicas razones franquistas para situar las facultades en la parte alta de la avenida Diagonal, y pasando por el reciente e interesante despliegue de centros de la Pompeu Fabra en todo el tejido urbano. Algunos investigadores han dedicado ya su tiempo a tan interesante aspecto. En cualquier caso, me atrevo a señalar que en Barcelona, ni la Universidad ni la ciudad se han relacionado con el respeto que, a menudo, a mi parecer, ambos se merecen. A modo de ejemplo, podría citar la insensibilidad municipal frente al absurdo legislativo que trataba con una incomprensible dureza a la Universidad como sujeto pasivo del impuesto de bienes inmuebles (IBI), o bien lo que le costó a este organismo convencer a las autoridades del transporte urbano sobre la importancia de tener una estación de metro de la nueva línea 9 en el área de las facultades en la Diagonal.

De las dificultades del trabajo conjunto de esta institución con la ciudad hay abundantes ejemplos. Baste citar la situación a partir de las seis o de las siete de la tarde, cuando en invierno ya oscurece, en el entorno del Parque Científico de Barcelona y de las facultades de Geografía e Historia y de Filosofía. No es fácil explicar la sensación que deben de tener los alumnos cuando, para dirigirse a la estación del metro, deben atravesar el esperpéntico escaparate de servicios sexuales que se ofrecen a lo largo de su camino. Por otra parte, la insensibilidad de las universidades frente a la estrategia municipal daría para otro volumen. En mi opinión, no obstante, existen indicadores para pensar que esas complejas relaciones entre la Universidad y la ciudad pueden reorientarse.

Los líderes de la ciudad de Barcelona tienen clara la importancia del significado de esos espacios de oportunidad. El mismo concepto de ciudad de conocimiento supone asimismo un alarde de imaginación, más admirado fuera que dentro de este país.

Otra nueva oportunidad existe ahora precisamente en este espacio que Barcelona tiene aún por descubrir que es la zona Fórum, esa extraordinaria transformación urbana en cuyo extremo hay un espacio de conocimiento que puede convertirse en uno de los más avanzados de Europa. Un espacio donde se construirá la futura Escuela Industrial de Barcelona, ubicada actualmente en la calle de Urgell; un nuevo campus interuniversitario en el que científicos, en entornos internacionales, con financiación privada y pública trabajarán juntos en problemas de máxima preocupación mundial, como las relaciones con la producción y la gestión de la energía, el agua, la arquitectura y la construcción sostenible.

Se trata ya de un proyecto que pronto será realidad, impulsado por los ayuntamientos de Sant Adrià de Besòs y de Barcelona, con el empuje de aliados importantes como el Consejo Comarcal del Barcelonès, la Diputación de Barcelona, la Entidad Municipal del Transporte, el Consorcio de la Zona Franca, y que está teniendo todo el apoyo de la Generalitat, en especial del Departamento de Universidades, Investigación y Sociedad de la Información y de la Dirección General de Energía del Departamento de Industria, así como del Gobierno central, en concreto del Ministerio de Educación y Ciencia y el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Será un proyecto universitario ubicado en una zona de gran potencia, que necesariamente estará conectado con su entorno urbano social inmediato, con graves problemas conocidos por todos, pero con la energía humana necesaria para crear espacios y proyectos innovadores.

Tenemos, de nuevo, una oportunidad excepcional para que esas relaciones entre la Universidad y la ciudad se conviertan en una fuerza transformadora de ambas y de la misma sociedad.

Josep Escolano Traver es gerente del Consorcio del Campus Interuniversitario del Besòs.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_