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Las subastas llenan de euforia el mercado del arte

Los precios baten récords en las ventas de Londres y se estima que crecerán en mayo en Nueva York

El optimismo con el que han empezado el año las casas de subastas refleja la euforia que vive el mercado internacional del arte desde hace ya tres años. Los expertos aseguran que las ventas de las últimas subastas celebradas en Londres y las de la próxima primavera en Nueva York alcanzarán las cifras más altas de la última década. Jóvenes mujeres y hombres de negocios que quieren diversificar sus riquezas y nuevos coleccionistas de China y de Europa del Este han irrumpido en el panorama internacional y sus pujas han marcado récords históricos. Bacon, Munch, Freud, alcanzaron cifras multimillonarias en Londres hace pocos días. En mayo se espera que obras de Picasso y Van Gogh disparen sus precios en Nueva York.

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El mercado de arte moderno y contemporáneo consolidó su tendencia alcista en las tradicionales subastas de febrero de Londres. Christie's y Sotheby's obtuvieron recaudaciones globales por encima de las expectativas, cosechando un total de 48 récords en venta pública para artistas con proyección internacional, incluidos Salvador Dalí, Eduardo Chillida y Óscar Domínguez.

"El mercado atraviesa una fase excelente. Es el momento de vender y los propietarios de obras de arte así lo reconocen. Por eso están saliendo a subasta trabajos que no se veían en años", resalta Oliver Barker, director de arte contemporáneo en el área europea de Sotheby's. La puesta a la venta este mes de grandes colecciones particulares movilizó a coleccionistas y marchantes, que pagaron precios elevados por obras a las que rara vez tienen acceso.

Entre ellos, el óleo Día de verano, de Munch, vendido por 8,8 millones de euros, o los 1,8 millones pagados por la escultura de Chillida Elogio de la Arquitectura XII. Son las cotizaciones más elevadas en venta pública logradas jamás por ambos creadores e ilustrativas, a la vez, de la buena salud del mercado londinense en arte moderno y contemporáneo, que dejó una recaudación de unos 190 millones de euros en Sotheby's y de otros tantos en Christie's.

Lo primero que hicieron los responsables de Christie's, que tiene sus sedes principales en Nueva York y en Londres, al igual que Sotheby's, antes de que arrancaran las subastas invernales en la capital británica fue anunciar que 2005 había sido un año histórico. Las ventas aumentaron en un 30% respecto a 2004, alcanzando unos 3.000 millones de euros, la mayor cifra que ha registrado Christie's en sus más de dos siglos de vida. "Ha sido nuestro mejor año, tanto en cantidad de ventas como en beneficios", dijo Edward Dolman, su director ejecutivo. Y ese esplendor económico está encontrando su respuesta a todos los niveles dentro de un mercado que todos los expertos coinciden en calificar como "el más boyante de la última década", según lo definía la revista Art News recientemente.

El arte moderno llega con cuentagotas a las subastas y el hambre de los coleccionistas, entre los que cada vez hay más hombres y mujeres de negocios jóvenes obsesionados con diversificar sus riquezas, es voraz, según los responsables de Sotheby's.

La combinación provoca una subida explosiva de los precios, que también es alimentada por el aumento de la demanda que supone la entrada en escena de nuevos jugadores como los coleccionistas chinos o de Europa del Este. Esos nuevos jugadores tampoco reniegan del arte contemporáneo, que tanto en 2004 como en 2005 ha visto cómo la mayoría de los artistas -Rothko (su Homenaje a Matisse se vendió el pasado noviembre en Nueva York por cerca de 18 millones de euros), De Kooning o Jasper Johns, entre otros- batían sus propios récords, revalorizando el arte de posguerra de forma radical.

"Ya no se trata de dinero de EE UU o Suiza, sino de nuevos capitales de Rusia, China y Escandinavia. Se ha ampliado el mercado y Londres está en una posición inmejorable para identificar y atraer a la clientela clave de estas nuevas comunidades de coleccionistas", defiende el responsable de Sotheby's en Europa.

Artistas españoles

Proyección internacional. Ésta es la clave de acceso al gran mercado del arte. El grupo de artistas españoles presente en esta cima es prácticamente constante y limitado a Picasso, Miró, Dalí, Chillida, Saura, Tàpies, Barceló y pocos más. Pero en las subastas recientes de Londres se vendió obra de otros dos creadores poco frecuentes en el circuito londinense: el surrealista canario Óscar Domínguez, que cosechó récords en venta pública por Caja con piano y toro, adquirido por encima de los 500.000 euros por un coleccionista privado estadounidense; y el valenciano Manolo Valdés, cuya obra se vendió muy por encima de las expectativas.

Hasta la escultura, tradicionalmente difícil de vender, ha conseguido hacer historia en 2005, batiendo récords en Nueva York tanto en arte moderno como en contemporáneo. L'oiseau dans l'espace, de Brancusi, se convirtió en mayo en la escultura más cara de la historia al venderse por unos 26 millones de euros, mientras el CUBI XXVIII, de David Smith, hacía lo mismo para el arte de posguerra al venderse por unos 22 millones.

Incluso la fotografía parece haberse convertido en objeto de deseo entre coleccionistas: la semana pasada, el galerista Peter MacGill pagó en Sotheby's en Nueva York más de dos millones de euros por la foto The pond-moonlight, una imagen de 1904 puesta a la venta por el Museo Metropolitan de la que sólo existen dos copias y que se ha convertido en la adquisición fotográfica más cara de una subasta. "Es una gran noticia, aunque sólo signifique que la gente con dinero ya tiene un nuevo lugar donde invertirlo", declaró Janet Borden, una marchante neoyorquina, en The New York Times. "La fotografía ha llegado. Se había dicho antes y lo sabíamos hace tiempo, pero ahora parece que el mundo de los coleccionistas también lo sabe", afirmó Hans Klaus, otro marchante.

Pero la buena salud de las subastas no se limita a artistas que ya son parte de los libros de historia. La casa Philiphs, de Pury & Company, une cada año su nombre a Christie's y Sotheby's en Nueva York y llena su catálogo de artistas vivos como Maurizio Cattelan o Damien Hirst. En marzo se inaugura en Nueva York el Armory Show, al que acudirán 154 galerías de todo el planeta. Su objetivo es promover la venta de las obras de artistas vivos y, a juzgar por las palabras de su directora, Katelijne de Backer, los augurios son, gracias al optimismo generado en las subastas, positivos: "Las galerías nos han pedido bastante más espacio que el año pasado, lo cual indica que se esperan ventas fuertes. Eso es una gran noticia para los artistas vivos".

La pieza central de las subastas del próximo mes de mayo en Sotheby's de Nueva York será el retrato de Picasso Dora Maar au Chat (1941), con un precio de salida cercano a los 50 millones de euros. Christie's contraatacará con Van Gogh y pondrá a la venta su obra L'arlesienne, Madame Ginoux, cuya puja comenzará en los 40 millones de euros.

<i>Día de verano </i><b>(1904),</b> de Edvard Munch.
Día de verano (1904), de Edvard Munch.ASSOCIATED PRESS

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