Cultivar energías renovables
Grupos industriales apuestan por la biomasa agraria para producir biocarburantes
Aumentar el peso de las energías renovables en el conjunto de las disponibilidades energéticas ha constituido una vieja aspiración de la Comisión de la Unión Europea. Hoy, con los precios del petróleo al alza y la posibilidad de que en el futuro sigan las subidas para el crudo, la apuesta por la biomasa como energía alternativa es uno de los principales objetivos de Bruselas.
España, con grupos como Abengoa o Ebro Puleva, es uno de los principales países comprometidos con esa apuesta, tanto en la producción de bioetanol como de biodiésel, con el consiguiente impacto en el sector agrario para el desarrollo de cultivos agroenergéticos
Con esta política, en 2010 el 5,8% de la energía procedería de estas materias primas y no se abandonarían miles de hectáreas marginales
Según la directiva comunitaria sobre el desarrollo de los biocarburantes para el transporte, este tipo de energía debería suponer el 2% en 2005 y el 5,75% en 2010, con la pretensión de llegar al 20% en 2020. Sin embargo, en contra de esas previsiones, este tipo de combustible supuso solamente el 1,4% en 2005, con un serio incumplimiento por parte de todos los países, incluido España.Para superar esa situación, la Comisión de la Unión Europea, de acuerdo con los compromisos asumidos en 2004, ha presentado para su debate un plan para el desarrollo de la biomasa como energía alternativa.
De acuerdo con los datos de la Comisión, la UE sólo cubre el 4% de sus necesidades energéticas con biomasa, lo que supone 69 millones de toneladas de equivalente de petróleo. Para los responsables comunitarios, si se utilizara todo el potencial productivo en biomasa, este tipo de energía supondría en 2010 185 millones de toneladas equivalentes de petróleo. Si se cumplieran esos objetivos en la producción de biomasa para esa fecha, la cuota de la energía renovable en el conjunto de la demanda aumentaría un 5% y reduciría la dependencia de la energía importada del 48% al 42%. Por otra parte, entre los efectos indirectos estaría una reducción de las emisiones de gases efecto invernadero de 209 millones de toneladas de CO2 al año, el empleo directo de entre 250.000 y 300.000 personas en el medio rural.
España tiene una dependencia del 80% de la energía exterior. El Plan de Energías Renovables para 2005 a 2010 mantiene el compromiso de que este tipo de energías suponga a su finalización hasta el 12% de todo el consumo de energía. De ese porcentaje, el 5,8% procedería de la biomasa, 2,2 millones de toneladas de equivalente de petróleo.Esos objetivos energéticos corresponderían, según los datos del Plan de Energías Renovables, a 462.000 toneladas de residuos forestales, 670.000 toneladas de residuos agrícolas leñosos, 660.000 toneladas de residuos agrícolas herbáceos, 670.000 toneladas de residuos industriales forestales, 670.000 toneladas de residuos de industrias agrícolas y 1,9 millones de toneladas de conjunto de cultivos energéticos.
El biodiésel se obtiene a partir de tres grandes grupos de materias primas: los aceites vegetales procedentes de semillas de girasol, soja, colza o coco, semillas oleaginosas genéticamente modificadas o aceites vegetales alternativos; aceites de frituras utilizados en usos domésticos y grasas animales. En España, los aprovisionamientos de materia prima para la obtención del biodiésel serán del cultivo de girasol, fundamentalmente en ambas mesetas, Aragón y Andalucía, mientras otras producciones como colza, cardo o soja tienen una importancia menor
En el caso del bioetanol, las materias primas más importantes para su obtención se concretan en los cereales, la remolacha, la caña de azúcar, la patata, materias primas de origen leñoso o los excedentes vínicos.
Desde los grupos industriales, en los últimos años se ha reforzado una apuesta por la obtención de este tipo de biocarburantes. Para la producción de bioetanol, a la cabeza se halla el grupo Abengoa, con plantas en Cartagena y Galicia, junto con con otra planta al 50% con Ebro Puleva en Salamanca. Hay otras plantas en construcción del mismo grupo en Cataluña, Bilbao y Andalucía; de Sniace, en Cantabria, y de Acciona, en Cataluña, Navarra o Castilla-La Mancha. Para la producción de biodiésel hay en la actualidad embarcados más de una docena de grupos.
La otra PAC
La producción de cultivos energéticos se contemplaba históricamente en la Política Agrícola Común (PAC) y es algo que se ha reforzado en la última reforma de 2003. Bruselas fijó una ayuda especial de 45 euros por hectárea para este tipo de materias primas, cifra que el sector pretende elevar a 90 si se quiere que las siembras sean atractivas para el agricultor.
Desde la industria agroenergética se apoya el desarrollo de este tipo de producciones para asegurar el abastecimiento de materias primas y evitar importaciones que ya se han iniciado este año.
Desde el sector agrario y la Administración se mantiene la apuesta por los cultivos agroenergéticos como una salida para mantener la actividad en cientos de miles de hectáreas de la España continental, que podrían quedar semiabandonadas en el futuro por la bajada de los precios y la competencia exterior. Para algunas producciones como la remolacha, el desarrollo del bioetanol puede suponer la única salida para mantener el cultivo tras la última reforma de la OCM.
Este cambio en la política energética, con un mayor uso de materias primas para biocarburantes, puede tener efectos importantes en los mercados en origen. En la actualidad ya hay un ejemplo. La mayor demanda de bioetanol para combustibles ha supuesto en los últimos dos años duplicar los precios del azúcar en el mundo. La razón ha estado en la decisión de Brasil de destinar una gran parte de sus producciones de azúcar para biocarburantes y eliminar parte de los excedentes.
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