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Reportaje:COYUNTURA INTERNACIONAL

El consumo lastra el despegue

Alemania crece un 0,9% en 2005, en espera de las reformas necesarias

La economía alemana sigue sin despegar, lastrada por el estancamiento del consumo interno. A pesar de ello, las previsiones para este año apuntan a un crecimiento del 1,4% gracias a las inversiones y un mejor comportamiento del sector exterior. Mientras, el nuevo Gobierno prepara las esperadas reformas estructurales laborales y fiscales, claves para el futuro del país.

La demanda exterior (las exportaciones han crecido un 6,6%) y la inversión industrial se han convertido en los pilares de la economía germana
Los ahorros de las familias alemanas se elevaron durante el año pasado hasta representar el 10,6% del PIB, la mayor tasa desde 1995

Los últimos datos de la Oficina Federal de Estadística señalan que el PIB de la principal economía europea no experimentó modificaciones durante el cuarto trimestre del año pasado, tras crecer un 0,6% durante el periodo de julio-septiembre. Con estas cifras se confirma que el PIB anual cerró en un 0,9%, por debajo de la media de la Unión Europea (1,5%) y muy lejos de 2004, cuando esa cifra se elevó en un 1,6%.

El esperado despegue alemán se ha postergado un año más debido al negativo efecto de un consumo privado que prácticamente se mantuvo sin cambios durante el año pasado. Los datos de la OCDE confirman que este indicador cayó un 0,2% en 2005, tras dos años en los que no ha crecido más allá del 0,2%. El consumo representa casi dos tercios de la economía alemana, por lo que su bajo desempeño impide que la producción crezca a buen ritmo en el mediano plazo.

Gasto de las familias

El gasto de las familias se encuentra estancado por la reticencia de los alemanes a comprar ante la incertidumbre del paro. Durante el año pasado, los ahorros de las familias se elevaron hasta representar el 10,6% del PIB, la mayor tasa desde 1995. Esto se produce en momentos en los que los sueldos han bajado por primera vez desde la reunificación y que el paro sigue sin retroceder. Sólo en diciembre, el desempleo ha llegado al 9,5%, una décima menos que al término del año anterior.

Frente a este escenario, la demanda exterior y la inversión en el sector industrial se han convertido en los pilares de la economía alemana. Las exportaciones han crecido un 6,6% el curso pasado, mientras que las importaciones se han elevado un 5,1%, por debajo del año anterior, pero muy por encima de la media total. Al mismo tiempo, la inversión corporativa en bienes de equipo se elevó un 4,0% anual, el mayor ritmo desde el año 2000.

Estos datos han llevado al Gobierno alemán a ser optimista y pronosticar un crecimiento cercano al 1,4% para 2006. La patronal del sector industrial y comercial alemana, DIHK, ha revisado también su previsión de crecimiento para este curso, desde un 1,5% hasta un 2%, debido a la creciente disposición de las empresas a invertir. Los datos indican que la inversión en capital fijo crecería un 2,9% este año para elevarse un 3,2% en 2007. Según la OCDE, el mayor repunte se daría en la inversión de los no residentes.

Deuda pública

Con todo, los analistas señalan que difícilmente Alemania puede pensar en un crecimiento a largo plazo si no soluciona sus deficitarias cuentas públicas y si no realiza una efectiva reforma laboral y fiscal. En 2005, el déficit fiscal llegó al 3,5% del PIB con lo que se vulneró por cuarto año consecutivo el Pacto de Estabilidad de la UE. Para combatirlo, el Gobierno de Ángela Merkel ha puesto en marcha una serie de reformas para aumentar la recaudación.

Las cifras indican que, en 2007, Alemania espera reducir su déficit hasta el 2,5% del PIB. Para ello se implementará un incremento en el tipo general del IVA de unos tres puntos porcentuales durante el próximo año, el cual contribuirá a reducir el déficit en unas siete décimas. En los próximos tres años, el Estado pretende recaudar con su nueva reforma fiscal unos 82.200 millones de euros. En cuanto a la reforma de las pensiones y de las ayudas públicas, los avances han sido menores.

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