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Reportaje:EL PAÍS-MOZART

De niño y de mayor

EL PAÍS ofrece, por 2,95 euros cada entrega, la ópera 'Così fan tutte' lunes y martes, y un CD sobre 'Mozart niño', el miércoles

Se completa esta próxima semana con Così fan tutte la trilogía de óperas de Mozart con libreto de Lorenzo da Ponte. Después de dos versiones "históricas" en el sentido de referencia discográfica -la de Las bodas de Fígaro, dirigida por Erich Kleiber, y la de Don Giovanni, con Carlo Maria Giulini-, nos encontramos con otra lectura "histórica" en Così, pero en diferente sentido de la palabra, el de la utilización de instrumentos de época. Sigiswald Kuijken dirige a La Petite Bande en una grabación efectuada en Budapest, Hungría, en 1992, con un reparto encabezado por Soile Isokoski y Monica Groop, como Fiordiligi y Dorabella, respectivamente. Los instrumentos y, especialmente, el concepto interpretativo responden al concepto de reproducción lo más fiel posible a la práctica "original". No es la primera vez que en esta colección se defiende la variedad de aproximaciones a las diferentes obras. Conviene, en cualquier caso, precisar que, por razones de duración, o, si se quiere, de acomodación de la ópera completa a dos discos, se han suprimido los recitativos de los cortes 13 al 18 del primer acto (disco del lunes) y los del 1 al 4 del segundo (disco del martes).

El escritor y psiquiatra Carlos Castilla del Pino precisa en su ensayo incluido en el ejemplar del lunes que "Così fan tutte es mucho más que una comedia de enredo". Y añade: "Es una representación fabulada de la oposición entre la vida fantaseada, es decir, imaginada conforme al deseo, y la vida real. Precisamente el riesgo de la comedia, en este caso, además, fábula, es suponerla ajena a la vida real, un cuento, para decirlo en pocas palabras, y no como lo que es: una construcción ejemplarizada, simbólica, de una faceta de la vida real". La última de las óperas de Mozart con Da Ponte es musicalmente prodigiosa y tiende como ninguna a las soluciones de conjunto: dúos, cuartetos, sextetos. Estrenada en Viena en 1790, a un año de la muerte del compositor, desarrolla con una lúcida ambigüedad el tema de la fidelidad de los amantes en clave "didáctica" -la ópera se subtitula La escuela de los amantes-, con una leve ironía y un sentido del conocimiento humano que únicamente la música puede desvelar sin simplificaciones. Ópera, en cierto modo, de cámara, su perspicacia musical es de tal capacidad envolvente que acaba por atrapar en sus sutiles redes al que la escucha con atención. Es una ópera, por otra parte, de las que hace compañía con una facilidad asombrosa, de las que desprenden una hermosura magnética y sensual. José Luis Pérez de Arteaga concluye su análisis escena a escena de la ópera, en el volumen del martes, con un apunte muy ilustrativo sobre la interpretación. "La gran virtud de Kuijken", señala, "es superar el ámbito de la mera restauración museográfica para recuperar la inmediatez de una música siempre joven".

Música "joven" desde la madurez, en efecto, porque la música compuesta por Mozart antes de los 14 años se recoge en el volumen del miércoles bajo la denominación Mozart niño, una caja de sorpresas sacada de aquí y de allá en grabaciones de algunos de los sellos internacionales más prestigiosos. El niño prodigio está en su salsa. No hay género que se le resista. La primera de sus sinfonías está compuesta cuando tenía ocho años, en el periodo de su estancia en Londres. Con cuatro añitos más sacó a la luz dos óperas tan interesantes como Bastian y Bastiana o La finta semplice. René Pape es uno de los cantantes de la selección de este Mozart niño en la primera de ellas, mientras la segunda cuenta nada más y nada menos que con Teresa Berganza, Helen Donath y Anthony Rolfe-Johnson, con la Orquesta del Mozarteum de Salzburgo, dirigida por Leopold Hager. Y muchos más caprichos salen de este baúl de la infancia, sobre cuyos tesoros nos va ilustrando Pierre Elie Mamou en un artículo titulado Un niño juega.

Por lo demás, Robbins Landon sigue contando capítulo a capítulo la vida de Mozart. La colección ha entrado ya en su tercio final en su edición española de EL PAÍS. Visto lo visto, estoy empezando a dudar si va a necesitar unos cuantos bises. No, más bien dejémoslo así.

Teresa Berganza.
Teresa Berganza.LUIS MAGÁN

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