Rabat organiza actos de protesta contra una revista independiente

La escena, inmortalizada por los fotógrafos del semanario Le Journal, recuerda los actos de repudio contra disidentes en algunas dictaduras comunistas. Sólo que los 200 manifestantes concentrados ante la sede de la revista no coreaban eslóganes revolucionarios, sino que gritaban: "¡Temblad judíos, el ejército de Mahoma está de regreso¡" o "¡Con nuestra alma, con nuestra sangre, te vengaremos oh Profeta!".

Las autoridades marroquíes han aprovechado la emoción causada por la publicación de las viñetas de Mahoma para lanzar una andanada contra el semanario en francés de mayor tirada.

En su edición del pasado fin de semana, Le Journal publicó, por error, una pequeña fotografía en la que un lector mira las caricaturas en el diario parisino France Soir. El tamaño de la viñeta es de tres milímetros por cada lado. Para verla se requiere una lupa.

Aun así, para evitar problemas -el rotativo An Nahar Al Magrebia ha sido procesado en Marruecos por reproducir un dibujo satírico-, la dirección de Le Journal contrató a unos jóvenes que, provistos de rotuladores negros, tacharon a mano la polémica fotografía en los 25.000 ejemplares recién impresos. La distribución del semanario se retrasó.

Al día siguiente, varios cientos de personas se concentraron ante el Parlamento marroquí para mostrar su indignación por la "blasfemia" de Le Journal y 24 horas después hicieron otro tanto ante la sede del semanario. Las televisiones públicas cubrieron ampliamente la manifestación y subrayaron de paso que la revista es conocida por su "hostilidad a los valores sagrados de nuestro país".

Miedo a la agresión física

Nadie convocó a los manifestantes y la dirección de Le Journal asegura que fueron transportados por vehículos del Gobierno Civil y del Ayuntamiento de Casablanca cuyas matrículas ha difundido. Periodistas y empleados del semanario temen que la sesgada cobertura televisiva incite a algún exaltado a acuchillarles.

La campaña ha escandalizado hasta a los periódicos oficialistas, poco propensos a solidarizarse con los semanarios díscolos. "¿Se trata de una nueva estrategia para acallar a la prensa?", se preguntaba ayer el diario Al Ahdat Al Magrebia. En As Sabah, el diario de mayor difusión, el columnista Rachid Nini narraba su conversación con un mendigo drogadicto contratado por un funcionario del Gobierno Civil para manifestarse.

La movilización alentada por el régimen asusta a Le Journal, pero la multa de 282.000 euros -la más alta en la historia de Marruecos- que le impuso el jueves un tribunal de Casablanca corre el riesgo de asfixiarlo. Fue condenado por poner en duda la credibilidad de un informe del ESISC, un centro de investigación francés que vaticina que el Frente Polisario corre el riesgo de caer en el terrorismo.

Por diferentes motivos, la fiscalía ha procesado a otras siete publicaciones marroquíes, casi todas semanarios independientes.