Las víctimas recuerdan a Zapatero que no se puede pagar un precio político por la paz
El presidente del Gobierno pide disculpas por no acudir al Congreso Internacional de Valencia
La presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, Maite Pagazaurtundua, transmitió ayer al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que no se puede pagar un precio político por la paz. Zapatero recibió a Pagazaurtundua en La Moncloa, junto con los organizadores del tercer Congreso Internacional de Víctimas del Terrorismo, celebrado esta semana en Valencia. Quería conocer de primera mano las conclusiones del congreso. Zapatero se disculpó ante los organizadores del acto por no haber asistido al mismo, según informó el director del congreso, Cayetano González.
Cayetano González, ex jefe de prensa del ministro del Interior con el Gobierno del PP Jaime Mayor Oreja y actual columnista semanal del diario El Mundo, donde manifiesta posiciones críticas hacia la política antiterrorista del Gobierno de Zapatero, afirmó al final del encuentro, de casi dos horas de duración, que la ausencia del presidente del Ejecutivo en el congreso ha hecho daño a España y a las víctimas.
Zapatero pidió disculpas a los organizadores del acto, tras señalar, a modo de explicación, que consideró que su presencia no era tan importante ya que a la sesión inaugural acudió el príncipe Felipe, y el Gobierno estuvo representado por el ministro del Interior, José Antonio Alonso, y el Alto Comisionado para las Víctimas del Terrorismo, Gregorio Peces-Barba, que tiene rango de secretario de Estado.
Zapatero precisó que si hubiera sabido que su presencia en el congreso era tan importante para las víctimas, hubiera acudido. "Ha sido un signo de grandeza", comentó Peces-Barba en referencia a las disculpas del presidente del Gobierno, al final de la reunión.
Pero Zapatero también insistió a los organizadores del congreso en que se debe juzgar al Ejecutivo por los hechos y no por las expresiones, en referencia a las ayudas, tanto económicas como de carácter moral y social, que el Gobierno socialista dedica a las víctimas del terrorismo, y que el propio director del congreso reconoció, en la conferencia de prensa, como "modélicas" para otros países.
El presidente del Gobierno informó a los asistentes a esta cita, ante las elucubraciones sobre un final del terrorismo de ETA, que el Gobierno "no dará ningún paso" hasta que la banda terrorista dé signos inequívocos de abandonar la violencia. Si empieza el proceso, será muy largo y durará varios años, legislaturas y quizás gobiernos, les dijo. También les aseguró que si se abre ese proceso, informará al Parlamento y a las organizaciones de víctimas.
Pese a la tensión que se escenificó en la conferencia de prensa posterior al encuentro, a cargo especialmente del director del congreso, el tono de la reunión fue "agradable", según fuentes de La Moncloa.
La presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo leyó en la comparecencia ante los medios un decálogo sobre la paz, en la que dice que ésta "no es admisible a cualquier precio". Éstos son los puntos del decálogo leído por Maite Pagazaurtundua:
- Al terrorismo se le derrota. El Estado de derecho es un pilar irrenunciable de nuestro modelo democrático.
- Los terroristas no son un interlocutor social. Son criminales organizados para obtener precios políticos mediante el uso del terror y del silencio y miedo que infunden a la sociedad. En la sociedad vasca lo sabemos especialmente bien porque hemos tenido que ir combatiendo cada línea de impunidad construida en estos años. Y falta mucho por hacer, como hemos podido ver en Azkoitia o en tantos otros lugares.
- No se puede edificar la paz sobre el vacío histórico y la desmemoria.
- Está en juego la paz, pero también la libertad.
- ¿Qué vamos a contarles a nuestros hijos si se les da la razón en parte a los que han matado y aterrorizado para obtener fines políticos? ¿Quién escribirá la memoria de estos años?
- Las víctimas, su voz, su memoria, su dignidad, su petición de justicia no pueden ser moneda de cambio para primar a los asesinos y su entorno político.
- No podemos primar a los que han transmitido la cultura del odio y de la falta de respeto al ser humano.
- La voz de los terroristas no puede ser situada por encima de la voz de sus víctimas.
- Cualquier tentación de impunidad social, política o judicial debe ser rechazada. Y las víctimas están especialmente legitimadas para denunciarlo.
- Tiene que haber vencedores y vencidos.
Pagazaurtundua se pregunta al final del manifiesto: "La gran cuestión que hay que decidir es qué paz se va a construir en el futuro inmediato".
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