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La mitad de las multas de la ordenanza cívica se imponen por pintadas y por beber en la calle

La práctica de la prostitución ha generado 83 denuncias, pero sólo una fue para un cliente

La Guardia Urbana no para. En un par de semanas ha realizado 4.771 "actuaciones", de las que 1.398 han consistido en denuncias relacionadas con la ordenanza contra el incivismo. Casi la mitad se han cursado por embadurnar las paredes con pintadas o carteles (25%) y por beber en la calle (22,3%). El tercer grupo es la venta ambulante (18,3%) y en cuarto lugar se sitúa la persecución de quienes han utilizado la vía pública para realizar necesidades fisiológicas (13%). La práctica de la prostitución (en realidad ocupar la calle de forma excesiva) ha motivado 83 multas; de ellas, una para un cliente.

Más de la mitad de los denunciados (53%) son residentes en Barcelona, mientras que el 27,8% viven fuera de la ciudad, incluyendo aquí a quienes residen en el área metropolitana y también a los turistas. El 18% no se sabe dónde viven. Algunos turistas han sido multados y han pagado, pero pocos, porque de 1.398 denunciados sólo seis se han acogido a la fórmula de pronto pago. En tres casos eran personas que efectuaban sus necesidades en la calle; en dos, consumían alcohol, y la sexta era un vendedor ambulante.

El alcalde de Barcelona, Joan Clos, reconoció ayer que los turistas pueden evitar el pago por el simple procedimiento de no pagar y que el Ayuntamiento no tiene capacidad para lograr el cobro de estas sanciones, situación que calificó de "intolerable", por lo que instó a los poderes públicos a modificar la ley para poder actuar al respecto.

Una novedad de la ordenanza es que permite cobrar los costes a los responsables de un desaguisado y ha sido ya empleada en 15 casos, uno por día, señaló Clos.

Las multas por beber en la calle se concentran en las noches de fin de semana y en el centro de la ciudad, dijo el alcalde.

La Guardia Urbana ha procedido, al amparo de la ordenanza, a decomisar dinero, bebidas y material de la venta ambulante.

Sexo en la calle

La prostitución, recordó Clos, no está perseguida, pero sí la ocupación abusiva de la vía pública. El resultado han sido 83 denuncias. En 61 casos, las prostitutas se resistieron al requerimiento de abandonar el espacio que ocupaban; en 17, ofrecían sus servicios a menos de 200 metros de un centro escolar; otros cuatro casos están relacionados con la práctica de sexo retribuido en plena calle. En un caso, el denunciado fue un cliente. La desproporción, justificó el concejal de Seguridad, Jordi Hereu, se debe a la dificultad que presenta actuar contra el cliente.

Clos declinó pronunciarse sobre la oportunidad de legalizar la prostitución, pero sostuvo que el Ayuntamiento no se ha planteado diseñar "zonas de tolerancia". También dijo que no se ha observado, al menos de momento, que la prostitución, que ha disminuido en la Ronda de Sant Antoni y el entorno de la calle de Sant Ramon, se haya desplazado a otros lugares de la ciudad.

La práctica de la mendicidad generó 60 denuncias que serán de difícil cobro. La voluntad del municipio, dijo Clos, es actuar con estos colectivos para ayudarles a la reinserción, más allá de las meras medidas represivas.

Clos afirmó que la Guardia Urbana ha podido concentrarse en el civismo porque los Mossos se ocupan ahora de la seguridad, pero las cifras dadas por Hereu contradicen esta versión. Los actos delictivos que generaron una detención por la policía local en estos días fueron 517. En el mismo periodo del año pasado fueron sólo 309.

El alcalde sostuvo que la ordenanza no es la única solución contra el vandalismo, pero defendió la necesidad de actuar en defensa del "espacio democrático", porque el uso de los lugares públicos es más frecuente entre los pobres que entre los ricos. No obstante, advirtió de que no hay que bajar la guardia porque los infractores también se adaptan a las normas con el objetivo de burlarlas.

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