_
_
_
_
Entrevista:JOSÉ ANTONIO SISTIAGA | Pintor

"Los políticos creen saber más que los artistas y deciden sin preguntar"

En la trayectoria de José Antonio Sistiaga (San Sebastián, 1932) existen dos hitos que no pueden obviarse: su pertenencia a Gaur, el grupo de vanguardia que revolucionó el arte vasco en los años 60, y su condición de autor de Ere erera baleibu icik subua aruaren, el único largometraje pintado imagen a imagen sobre celuloide de la historia del cine. Ni una ni otra faceta han perdido actualidad. La sombra del colectivo sigue pesando sobre el arte vasco y la película se proyecta en Pamplona el próximo jueves en el marco del homenaje que el festival Punto de Vista tributa a la productora X Films en su edición, que arranca hoy. También podrá verse en la casa de Cultura Lugaritz de San Sebastián el 10 de marzo.

"Hoy, a los políticos se les infla la boca con las nuevas tecnologías y lo que importa son las ideas, no las tecnologías"
"Si crees que ya no tienes nada que hacer o que decir dejas de pintar. Soy mi primer juez. No puedo aceptar algo sin energía o fuerza"

Pregunta. ¿Cuál fue el germen del largometraje?

Respuesta. Hacia 1958, estando en París, vi un corto pintado de Mac Laren. Me interesó mucho que se pudiese pintar sobre cine, pero no el efecto óptico que producía ni la dependencia que el color tenía del sonido. Así que me planteé hacer una película muda por respeto al color. Pasaron diez años y Balerdi, que estaba trabajando sobre su homenaje a Tarzán, calcando películas, me facilitó el material que necesitaba para empezar a trabajar en esa idea.

P. ¿Cómo logró financiarla?

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

R. Me fui con la película sin terminar a Madrid a ver a Juan Huarte, un hombre de una sensibilidad estética extraordinaria, que, al verla, me dijo: "Te la compro". Yo le contesté que, si quería, podía ayudarme a terminarla, pero sin imposiciones. Hicimos un pacto de palabra. La pintura, que al principio fue partiendo de elementos muy sencillos, puntos de diferentes colores, se fue haciendo cada vez más compleja hasta llegar a estructuras geométricas y orgánicas, casi como un proceso biológico intuido poéticamente, como la gestación de una mujer. No sabía cómo acabarla, hasta que un día el Sol entró en la habitación donde trabajaba y secó y deshizo las formas. Entonces comprendí cómo acabarla.

P. ¿Qué cree haber aportado con este trabajo?

R. Un crítico belga dijo: hay dos películas que han cambiado el cine, El año pasado en Marienbad, de Alain Resnais, y la película de Sistiaga [dura 75 minutos y es muda].

P. La película es un hito en su trayectoria, igual que su pertenencia al grupo Gaur. ¿Alguna vez le ha pesado?

R. Gaur es una creación mía a la que Jorge Oteiza le dio el nombre. Barandiarán nos ofreció los bajos de sus oficinas para hacer exposiciones y vivimos unos momentos de gran intensidad estética, de creación. Pero eso duró año y medio.

P. Y, sin embargo, no deja de hablarse de Gaur.

R. Sí, porque es un mito.

P. ¿No ha habido después una generación como aquella?

R. Lo que no ha habido quizá es esa inquietud por ir más lejos, por no limitarse cada uno a pintar o esculpir. Siempre digo que desde el arte se puede ir a la política y la educación, pero no al revés. A Picasso le pidieron un retrato de Stalin y el Partido Comunista Francés lo rechazó porque no estaba dentro de la ortodoxia comunista.¡Cómo pudieron ser tan necios!

P. ¿Hoy ocurre lo mismo?

R. Hoy, a los políticos se les infla la boca con las nuevas tecnologias y lo que importa son las ideas, no las tecnologías. Creen saber más de arte que escritores, músicos o pintores y deciden sin preguntar, como ha ocurrido con Tabacalera.

P. Explíquese.

R. Creo que hubiese sido conveniente que dialogaran con los artistas, por un mínimo de educación y de sentido de la responsabilidad. Veo que hay un funcionariado, posiblemente de gran calidad, y veo que se están gastando mucho dinero en diseñar proyectos de los que poco se sabe. Dirán que no tienen por qué difundirlos al público, pero tengo ya 74 años, una trayectoria que no nace hoy y nadie se me ha acercado a preguntar qué opino. No entiendo ese empeño de las instituciones por poseer la creatividad.

P. ¿Tabacalera va entonces, a su juicio, por mal camino?

R. Puede terminar siendo un kindergarten para gente de entre 20 y 30 años. No entiendo esa obsesión que existe por pasar por Bellas Artes. Es una pérdida de tiempo a nivel individual y se toma como si fuera la receta de la creatividad.

P. ¿El acceso a la información perjudica al arte?

R. Puede crear un gran desbarajuste mental. Todo el mundo tiene la misma información y termina haciendo casi obras iguales en Islandia y en el Sáhara. Cuando eres joven, si no tienes la experiencia física de la realización de una obra, resulta difícil: tienes en tu mente todo lo que has leído y lo que estás viviendo y eso es como agarrarte todos los días una borrachera. Llega un momento que tienes que aislarte y reflexionar.

P. ¿El arte le conmueve hoy?

R. ¡Ante determinadas obras, claro que siento emoción!

P. ¿Cuál debe ser el motor de un artista?

R. Para mí la duda es importantísima en todos los aspectos; es así como uno crece, como con la curiosidad.

P. ¿En tantos años de trabajo nunca se ha aburrido ni ha sentido que se estaba copiando a sí mismo?

R. No. Si crees que ya no tienes nada que hacer o que decir, decir además para tí, porque no hay mensaje en mi pintura, dejas de pintar y no pasa nada. Soy mi primer juez. No puedo aceptar algo que no tiene energía o fuerza.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_