Tommy Lee Jones dirige una historia de amistad y perdón
El guión de 'Los tres entierros de Melquiades Estrada' es del mexicano Guillermo Arriaga
El versátil actor norteamericano Tommy Lee Jones ha esperado hasta sus 60 años para mostrar su nueva cara: la de director de cine. Y ha elegido para su debú un tema que él, tejano de nacimiento, conoce profundamente. Sencillo, sin pretensiones pero de excelente factura: Los tres entierros de Melquiades Estrada, que él protagoniza y trata de la emigración mexicana a EE UU. "Es sobre la América que amo. Donde yo vivo, lejos de las grandes metrópolis y la política, donde la naturaleza es bellísima pero cruel, y la humanidad aún reconoce los valores del honor y de la solidaridad", afirmó el veterano actor en esta entrevista realizada en el pasado Festival de Cannes con motivo del estreno mundial del filme.
Lee Jones narra la historia de un sin papeles que encuentra la muerte a manos de un policía fronterizo. Y lo hace con habilidad, solvencia, un poco de humor ácido y abundantes toques macabros. "El humor, a veces con tintes trágicos, está presente en la vida. Mis 30 años en el cine me han enseñado que, si se quiere transmitir una idea o un mensaje a través de una película, es más fácil hacerlo mediante la sonrisa", prosiguió.
Los tres entierros de Melquiades Estrada tuvo en Cannes una entusiasta acogida por parte de la crítica, aunque el jurado prefirió premiar a Jones por lo que ha hecho toda su vida: actuar. Suyo fue el galardón a la mejor interpretación masculina por su papel de un hombre rudo y leal, dispuesto a cumplir los deseos de su amigo, el difunto Melquiades, mexicano ilegal en la frontera, y conducir su cadáver hasta el pueblo en el que decía haber sido feliz. "Creo en la necesidad de la justicia y en el encuentro entre culturas. Esta historia, inspirada en un episodio real que seguramente está repitiéndose ahora mismo en la frontera, nos muestra el anverso y el reverso de la naturaleza humana, los sueños y su confrontación con la realidad, los compromisos morales de la amistad y del amor, y el hallazgo de la dignidad", explicó.
Para integrar las dos realidades, la mexicana y la estadounidense, el cineasta se valió del talento del mexicano Guillermo Arriaga, autor de los guiones de Amores perros y 21 gramos. Arriaga, que ganó en Cannes el premio al mejor guión con Los tres entierros de Melquiades Estrada, ha aportado su peculiar modo de estructurar las historias. "Me gustó porque no es un escritor de narrativa lineal", señaló el novel director. "Y yo deseaba resaltar, precisamente, que el pasado, el presente y el futuro suceden simultáneamente. Por ello, decidimos presentar diferentes perspectivas en tiempo secuencial y que éstas fueran apreciadas desde diferentes puntos de vista, algunas en el pasado, otras en el presente".
La película, que fue también premiada en Cannes, fue rodada en apenas 36 días, en su mayoría en un rancho en Davis Mountains. "En esta película he querido exponer los contrastes sociales, las injusticias que allí suceden, la fusión de culturas, las aspiraciones humanas, las creencias y la fe, la ironía, la gloria, la belleza natural y la redención que puedes encontrar en estos increíbles parajes con personalidad propia, avasalladora, incontrolable e inspiradora", agregó. "De hecho, el paisaje se impone como personaje principal y logra moldear los demás personajes, transformándolos en seres toscos y solitarios. Se trata de un viaje de aprendizaje, lealtad, amistad y perdón", afirmó el veterano actor, que concluyó señalando que aspira a que su filme ayude a que se mejoren las relaciones entre los habitantes de EE UU y México: "Para eso venimos al mundo: para derribar fronteras mentales de intransigencia".
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