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Reportaje:

Una vida después del trabajo

Las empresas empiezan a implantar horarios laborales más concentrados para acercarse al estándar europeo

"...nuestro horario de oficina es de 7.30 de la mañana a las 16.30 de la tarde", recuerda un contestador automático por la tarde. Moblerone, una empresa especializada en la venta de muebles para el hogar, ha implantado este año para sus trabajadores de oficinas, pero también para los de almacén (que en conjunto suman alrededor de 80 personas), un "horario más racional", en palabras de la dirección de este negocio con sede en Alicante. Una jornada más europea.

España es uno de los países de la UE con la jornada laboral más larga y menos productiva. Y cada vez son más las voces que recomiendan a las empresas avanzar en la flexibilización de horarios y en la búsqueda de fórmulas que permitan a sus trabajadores conciliar la vida laboral con la familiar. El Gobierno trata de avanzar en esta línea con la intención de generalizar prácticas ahora muy limitadas a grandes empresas o multinacionales. Y en una empresa pequeña, Moblerone, donde el horario de trabajo general solía abarcar de las 8.30 y las 13.30 por la mañana, y entre las 16.30 y las 19.30 por la tarde, también se ha dado un paso adelante. Moblerone optó hace un tiempo por empezar a barajar fórmulas para realizar un cambio de jornada. "Vimos que no bajaba la productividad", explica Juan Antonio Irala, miembro del Comité de Dirección. El ejecutivo apunta también que la decisión "era un valor añadido" para los trabajadores. "Una mejora en su vida laboral y personal", puntualiza el responsable de esta firma. "Existe vida después del trabajo", resume Irala.

Sol García tiene 35 años y es una de las trabajadoras de Moblerone, una empresa en la que la mitad de la plantilla son mujeres. Miembro de la plantilla del departamento de producto, Sol subraya la "enorme diferencia" que ha supuesto el cambio de horario. "Te permite hacer tareas que antes no podías o que hacías a horas intempestivas", explica la trabajadora. Atender a sus dos hijos e incluso "ir al gimnasio" son actividades rescatadas para esta mujer. Sol, además, asegura que la reorganización de la jornada de trabajo no ha sido complicada. "La relación con los proveedores la puedes realizar por la mañana", explica. "El horario es amplio", añade, "y los sistemas informáticos facilitan" estos cambios. Y para los despistados, la única voz que se oye en la empresa a partir de las 16.30 es la de un contestador automático que recuerda el nuevo horario.

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