_
_
_
_

Los cuatro policías locales de Marbella, imputados por homicidio imprudente

Javier Martín-Arroyo

Los primeros resultados de la autopsia practicada ayer por la mañana al cadáver del hombre que falleció el lunes mientras era reducido con gran contundencia por cuatro agentes de la Policía Local de Marbella (Málaga) no permiten concluir la causa de su muerte. No obstante, las lesiones que presentaba el cuerpo no justificarían en sí el fallecimiento, según los forenses del Instituto de Medicina Legal de Málaga. Los agentes han sido imputados de homicidio imprudente, aunque el juez los ha dejado en libertad sin fianza, al entender que no existe riesgo de fuga y por la falta de una conclusión definitiva de la autopsia.

Los motivos del fallecimiento tardarán en conocerse "entre diez y quince días", que es el tiempo que se espera que tarde el Instituto de Toxicología de Sevilla en analizar las muestras de tejidos y fluidos que se han extraído del cadáver para su estudio toxicológico.

El Cuerpo Nacional de Policía seguía ayer intentado averiguar la identidad del fallecido, de 120 kilos de peso y de posible nacionalidad británica. Para ello se han enviado sus huellas dactilares a todos los organismos policiales internacionales. Según fuentes de la Comisaría Provincial de Málaga, las pesquisas "van por buen camino". Nadie fue ayer al cementerio de Málaga a reclamar el cadáver.

El titular del Juzgado número 2 de Marbella, Francisco Urquía, que investiga el caso, imputó a los cuatro agentes detenidos un presunto delito de homicidio imprudente, aunque los dejó en libertad sin fianza ante la falta de conclusión de la autopsia y por la improbabilidad de que los imputados huyan de la justicia. Urquía decretó la libertad sin cargos para los dos empleados de mantenimiento de un hotel cercano al lugar del suceso, en el centro de Marbella, y que ayudaron a los agentes a inmovilizar al detenido. Los cuatro agentes, que fueron arrestados tras los hechos, fueron llevados sin esposar a las 8.20 a los juzgados para declarar durante toda la jornada. Por la tarde prestaron declaración los testigos protegidos. Dos de los agentes llevan más de 15 años en el cuerpo, y los otros, seis y tres.

Versiones distintas

A las 14.30 del lunes, el fallecido salió de darse un baño vestido sólo con un pantalón de pijama. A partir de ahí, las versiones difieren. "El señor salió del agua haciendo ruidos a causa del frío. Dos policías le cogieron y empezaron a pegarle hasta que lo tiraron al suelo, y boca abajo le pusieron las esposas. Otro agente se bajó de la moto y le puso la rodilla en el cuello y contra el suelo lo asfixió. Le dije que le quitara la rodilla, que lo estaba asfixiando", relató ayer a este periódico uno de los testigos. Un camarero de un bar sito frente al lugar que sucedió la escena, coincidía en el relato, y añadía: "La gente protestaba. Cuando se dieron cuenta, los agentes lo intentaron reanimar y llamaron a la ambulancia que tardó 10 minutos. Le intentaron sacar la lengua con unos guantes, pero estaba muerto".

Por el contrario, el superintendente de la Policía Local, Rafael del Pozo, afirmó que antes del incidente el fallecido insultó a los viandantes y se mostró "muy agresivo". Según su versión, los cuatro agentes acudieron al lugar y lograron reducir al hombre con la ayuda de los dos empleados. "Cuando comenzó a echar espuma por la boca y se avisó a la ambulancia, llegó el médico, pero la persona ya era cadáver". "Los agentes están tranquilos, pero es un trago delicado", añadió Del Pozo. Éste recordó que uno de ellos había sido condecorado tras rescatar a un bebé antes de que se ahogara en una piscina.

La alcaldesa y delegada de Seguridad marbellí, Marisol Yagüe, declinó hacer declaraciones. En su nombre habló su jefe de prensa, quien pidió "precaución y cordura antes de sacar conclusiones precipitadas del caso". El ministro del Interior, José Antonio Alonso, pidió asimismo cautela: "Las detenciones tienen que aclararse y no vamos a adelantar acontecimientos hasta que no tengamos un relato de los hechos preciso".

Rafael del Pozo, jefe de la Policía Local de Marbella, al salir del juzgado.
Rafael del Pozo, jefe de la Policía Local de Marbella, al salir del juzgado.JULIÁN ROJAS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Javier Martín-Arroyo
Es redactor especializado en temas sociales (medio ambiente, educación y sanidad). Comenzó en EL PAÍS en 2006 como corresponsal en Marbella y Granada, y más tarde en Sevilla cubrió información de tribunales. Antes trabajó en Cadena Ser y en la promoción cinematográfica. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla y máster de EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_