El Gobierno de Pujol pagó con dinero público sondeos electorales sobre CiU

El Gobierno catalán ha hallado en los archivos de la Generalitat una treintena de estudios y sondeos electorales encargados por el anterior Ejecutivo de Convergència i Unió, pagados con fondos públicos, y que fueron ocultados al Parlamento catalán. Uno de estos sondeos, de 1998, se centró en las expectativas electorales de CiU, incluso en el caso de una hipotética ruptura de la coalición. La muestra, muy elevada para este tipo de encuestas, fue de 6.200 entrevistas. En las respuestas, Jordi Pujol salía perdedor ante un eventual duelo electoral con Pasqual Maragall.

Las encuestas, que el actual tripartito ha hallado "en un cajón", según palabras del diputado socialista Joan Ferran, fueron realizadas entre 1998 y 2003, año en que CiU fue apeada del poder por la coalición de izquierdas. Su temática es de una gran diversidad y va desde una encuesta sobre el servicio de bomberos de la Generalitat hasta un informe sobre la imagen de Cataluña en la prensa, pasando por un estudio sobre las consecuencias electorales del pacto que mantuvieron en la legislatura 1999-2003 CiU y el PP en Cataluña.

El Gobierno catalán todavía no ha podido calcular el coste de estas encuestas para el erario público porque, según fuentes oficiales, "algunas ni siquiera salieron a concurso público". Uno de los sondeos, sobre las expectativas electorales de CiU, fue realizado por Enric Renau, hijo de un alto dirigente de Convergència.

En este sondeo se analizaban las posibilidades de CiU en caso de que los dos partidos que integran la federación se presentaran por separado. También especulaba con las posibilidades de que Unió Democràtica se presentara conjuntamente con el PP o que los tres partidos de izquierdas en este momento al frente de la Generalitat presentaran una lista conjunta. En todos estos supuestos, Convergència i Unió salía seriamente debilitada en el plano electoral. El sondeo también preguntaba sobre la popularidad de los diferentes dirigentes de CiU que en aquella época pugnaban por relevar a Jordi Pujol al frente de la federación. Artur Mas era uno de los menos valorados.

Medidas legales

El diputado socialista Joan Ferran anunció ayer que el PSC está estudiando "posibles medidas legales" ante el "engaño" realizado por los ex gobernantes de CiU. Y recordó que tanto Artur Mas como el actual portavoz parlamentario de la formación, Felip Puig, "negaron que existieran unos estudios que ahora hemos visto que sí que existían".

Este último estudio, al que ha tenido acceso El PAÍS, revela cómo los votantes de CiU, al contrario de lo que preconizaba su entonces líder, Jordi Pujol, preferían una alianza con Esquerra Republicana muy por encima de la que mantenían con el PP. En concreto, el 41,5% de los votantes de CiU apostaban por una alianza con ERC frente al 15% que pedían coligarse con el PP.

La encuesta, pagada con dinero público, no fue entregada al Parlamento hasta ayer, cuatro años y medio después de llegar a las manos de la cúpula de CiU. Dicho estudio se hizo en la época en que el actual líder nacionalista, Artur Mas, era primer consejero del Gobierno de Jordi Pujol. Al frente del área de Comunicación se hallaba David Madí, que se vio obligado a dimitir en 2003 como consecuencia del escándalo provocado por la ocultación y manipulación de otras encuestas pagadas con dinero público. Madí es ahora portavoz de Convergència.

La federación nacionalista, sin negar su responsabilidad, afirmó ayer que la publicación de estas encuestas no es más que "una cortina de humo" para tapar los problemas del tripartito.