_
_
_
_

El Macba exhibe las obras y las 'ideas' de la colección Herbert

El museo acoge la presentación más amplia de los fondos de arte minimal y conceptual

"Nosotros no hemos coleccionado obras de arte, sino una nueva forma de pensar". Así define Anton Herbert el origen y objetivo de la colección que desde 1972 viene realizando con su esposa, Annick, y de la que mañana se inaugura en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) su presentación más amplia. La selección ocupa dos plantas del centro con obras del arte minimal, conceptual, povera y posconceptualismo.

Una frase de Lawrence Weiner -"muchos objetos de colores colocados uno al lado de otro para formar una hilera de muchos objetos de colores"- escrita en tres idiomas en una pared en la plaza exterior del museo da inicio a la exposición. En el atrio del museo, obras de Sol Lewitt, Donald Judd y Dan Graham, cuya pieza Espacio público / Dos audiencias, de 1976, da título al conjunto de esta muestra que gira alrededor de dos fechas clave: 1968, fecha simbólica en el cuestionamiento de la utopía moderna; y 1989, año de la caída del muro y también del inicio de esta nueva era de la globalización.

El primer periodo está representado en la primera planta con piezas de artistas del núcleo duro del arte conceptual en sus múltiples variantes. Destacan los trabajos de Bruce Nauman -espectacular la escultura Sillas musicales en la sala de la torre lobulada del museo-, Marcel Broodthaers y Gerhard Richter, del que se exhibe una de las estrellas de la colección, la pieza 1.024 colores en 4 permutaciones, de 1973. Junto a ellos se exhiben piezas y obras -algunas son meras instrucciones, y otras, dibujos que reflejan esta faceta frágil y antiobjetual del arte de la época- de artistas como Robert Barry, Stanley Brown, Gilbert & George, Josep Kosuth, On Kawara, Daniel Buren y Carl André.

La segunda planta, que se inicia con ejemplos del povera de Mario Merz, Giovani Anselmo y Luciano Fabro, se centra en el arte de los ochenta y noventa realizado por artistas que revisan y cuestionan el conceptualismo desde posiciones digamos que más gamberras. Es el caso de John Baldessari, Mike Kelley, Martin Kippenberger, Franz West, Rodney Graham y Thomas Schütte.

Provenientes de una familia de burgueses ilustrados belgas, los Herbert han ido realizando su colección desde 1972 a partir de la complicidad con los artistas y de su implicación personal en los debates artísticos y políticos de las últimas décadas. A veces, explica Anton Herbert, compraban las obras a plazos, pero en cualquier caso nunca lo hicieron como inversión sino como una manera de contribuir a preservar la historia de su generación.

"El mundo del arte no es sólo el mundo de las ferias", señaló Herbert, muy crítico con un mercado que considera absurdo y alejado de la finalidad real de un arte que precisamente pretendía huir del fetichismo del objeto y abrirse al diálogo con la sociedad. La suya ha sido una colección casi secreta cuya exhibición -sólo se había mostrado parcialmente en dos ocasiones anteriores- ha provocado expectación internacional. Tras su clausura el 1 de mayo en Barcelona podrá verse a partir de junio en la Kunsthaus de Grasz. Los Herbert han anunciado su intención de abrir en Gante una fundación dedicada al estudio y el debate sobre el arte. "No queremos que la colección se convierta en un mausoleo sino provocar debates y facilitar el acceso a estas obras a través de convenios con museos afines".

<i>Accelerazione,</i> obra de Mario Merz de la colección Herbert.
Accelerazione, obra de Mario Merz de la colección Herbert.JOAN SÁNCHEZ

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_