Al Carmel no le ha tocado la lotería
En el triste aniversario del hundimiento del Carmel, las autoridades se han apresurado a recordarnos la cantidad de millones que se han destinado, tantos como toneladas de cemento, para tapar el agujero. Para evitar que el desastre perjudicara políticamente a los responsables de su gestión, presumían de unas cifras de gasto realmente impresionantes.
Entiendo que se intente destacar este esfuerzo de la Administración -con el dinero de todos- pero los vecinos no son tan incautos como para no ver la realidad. Está claro que nadie se ha quedado en la calle y que se han atendido las necesidades básicas, pero que no pretendan presentarse como si el Carmel fuese un barrio privilegiado. El alcalde parecía decir, hace unos días, que al final, el barrio mejoraría mucho, como si le hubiera tocado la lotería a sus habitantes. Hoy por hoy, todos los millones enterrados en el Carmel han servido para tapar el desaguisado, para atender a los afectados directos y para mirar que todo vuelva a la normalidad.
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