Rajoy afirma que la política antiterrorista de Zapatero es la "vergüenza nacional"

El líder del PP, Mariano Rajoy, continuó ayer en Huesca su ruta por toda España de recogida de firmas contra el Estatuto y aprovechó para cargar contra la política antiterrorista del Gobierno, que calificó de "vergüenza nacional". Según el jefe de la oposición, el Ejecutivo se limita a "ceder ante ETA" y "mendigar una tregua" a través de continuas insinuaciones en los medios de comunicación. La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, pidió a Rajoy que "abandone el tremendismo" y "pase de mesas petitorias a mesas de trabajo".

Rajoy demostró ayer que no tiene intenciones de bajar el ritmo de ataque a los dos asuntos centrales de su línea de oposición: el Estatuto catalán y la política antiterrorista. En Huesca, al lado de la mesa donde se recogían las firmas por la única nación española, el jefe de la oposición acusó al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de "romper las reglas del juego democrático" ya que, según su interpretación, ha roto el pacto antiterrorista y ha puesto en marcha una política de "cesiones" a la banda terrorista en la que incluyó la dimisión del fiscal jefe de la Audiencia Nacional, Eduardo Fungairiño. A él se refirió como "baluarte fundamental en la lucha contra ETA".

Rajoy pidió la destitución del fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido, por el apoyo dado por la fiscalía a un recurso del terrorista Henri Parot que plantea su salida de prisión en 2009 y la falta de respuesta al anuncio de inminente libertad condicional para el etarra Domingo Troitiño.

El líder del PP, que se ha opuesto a la devolución a Cataluña de los llamados papeles de Salamanca, expresó su solidaridad con la reclamación de los bienes de parroquias de la Franja aragonesa que permanecen bajo la custodia de la Diócesis de Lleida.

En Barcelona, un millar de personas participaron en un acto en contra del Estatuto organizado por el Foro de Ermua y la asociación Convivencia Cívica Catalana que impulsa el eurodiputado del PP Aleix Vidal Quadras y en el que estuvo presente la plana mayor del PP catalán con la excepción de su presidente, Josep Piqué. La ausencia de éste dio pie a que el público coreara una y otra vez "dónde está Piqué, donde está Piqué" tras recibir a Vidal Quadras, ex líder del PP catalán, con gritos de "presidente, presidente".

Los discursos se centraron en alertar de los riesgos que al parecer de los convocantes el Estatuto entraña para la unidad de España, la supuesta persecución del castellano en Cataluña y la necesidad que el Estatuto catalán se someta a referéndum en toda España y no sólo en Cataluña.

En Vitoria, en un acto de Nuevas Generaciones, Piqué afirmó que el Estatuto catalán coloca a España "a punto" de que la Constitución y las instituciones pierdan su condición de terreno de juego neutral y dejen de ser "de todos", y de que "por primera vez en casi 30 años" dependan "de la alternancia y de las mayorías políticas coyunturales de cada momento", informa Isabel C. Martínez. Durante el mismo acto, el presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, acusó al presidente del Gobierno de ser el primero que no se ha atenido a varios principios que respetaron todos sus predecesores: la lealtad a España, a la Constitución de 1978 y al consenso territorial y entre los dos grandes partidos. Camps atribuyó a Zapatero haber pactado "la financiación de toda España con el líder de la oposición de una comunidad", en referencia a su acuerdo con Artur Mas.