El juez procesará a 40 de los 116 imputados por el 11-M
El auto que culmina Juan del Olmo considera que la célula terrorista estaba influida por Al Qaeda
El juez Juan del Olmo, instructor del sumario por los atentados del 11-M, sólo procesará a un tercio de los 116 imputados, según fuentes de la Audiencia Nacional. Del Olmo dejará claro que de las investigaciones realizadas se desprende que los autores de los crímenes formaban una célula local de radicales islamistas influenciados por Al Qaeda y que no aparecen indicios de que ETA haya tenido ninguna relación con estos hechos.
El juez instructor lleva varios meses ultimando el auto de procesamiento contra los presuntos autores de los atentados de los trenes de la muerte, en los que murieron 191 personas.
Fuentes de la Audiencia Nacional aseguran que lleva escritos más de 2.000 folios. La semana pasada trascendió que el presidente de la Sala de lo Penal, Javier Gómez Bermúdez, ha elaborado un informe encargado por el presidente de la Audiencia Nacional, Carlos Dívar, en el que resalta "la enorme inquietud y preocupación por la lentitud de la instrucción". En el informe, enviado al Consejo General del Poder Judicial, se recuerda que dentro de pocos meses se cumplirán dos años de prisión provisional de varios encausados, plazo máximo de aplicación de esa medida cautelar.
El relato de hechos que contendrá el auto de procesamiento indicará que los autores materiales de la fabricación de las bombas y su colocación en los trenes de cercanías de Madrid el 11 de marzo de 2004 formaban un grupo integrado por 10 o 12 terroristas, de los que siete de ellos se suicidaron el 3 de abril de ese año en el piso de la calle Carmen Martín Gaite de Leganés, al ser descubiertos por la policía. Para quitarse la vida, los terroristas utilizaron dinamita Goma-2 que habían robado en una mina sin vigilancia de Asturias y que no habían utilizado en las bombas de los trenes. Los siete suicidas eran: Serhane Ben Abdelmajid Fakhet, el Tunecino; Jamal Ahmidan, Mowgli y El Chino; los hermanos Mohamed y Rachid Oulad Akcha, el argelino Allekema Lamari, Abdennabi Kounjaa, Abdallah y Asrih Rifaat Anuar.
El auto recogerá previsiblemente que estos fueron ayudados por Daoud Ouhnane, Mohamed Alfalah, Mohamed Belhadj -los tres huídos y Alfalah fallecido en Irak- Abdelmajid Bouchar y probablemente por Jamal Zougam, Basel Ghayoun, Otman el Gnaoui y Fouad el Morabit.
En los autos de prisión contra los 116 imputados dictados por Del Olmo durante estos casi dos años se puede adivinar por dónde va su línea argumental. Las pruebas realizadas han restado protagonismo a algunos imputados cuya participación había parecido importante inicialmente, entre ellos Mohamed Chaoui, Mohamed Bekkali e incluso Rabei Osman, El Egipcio, pero han confirmado la importancia de otros.
Las investigaciones de Del Olmo y también las realizadas en su momento por el juez Baltasar Garzón confluyen en que en la investigación del 11-M aparecen implicados tres grupos bien definidos: el liderado por Jamal Zougam, propietario del locutorio de Lavapiés y que proporcionó los teléfonos utilizados para activar las bombas de los atentados; el de Jamal Ahmidan, El Chino (uno de los suicidas de Leganés), formado en Villaverde, y el identificado en torno a Serhane El Tunecino, (también muerto en Leganés), formado a su vez por dos grupos: el constituido por Mustafá Maymouni y el liderado por Mohamed El Egipcio (preso en Italia), junto a algunos individuos vinculados a la célula de Imad Eddin Barakat Yarkas, Abu Dahdah, desarticulada en 2001. Según uno de los autos dictados por Del Olmo, la mayoría de los miembros de estos tres grupos son marroquíes y todos ellos presentan una ideología salafista de matiz combatiente. El único nexo de unión entre los grupos investigados es Serhane El Tunecino.
Serhane busca medios y gente para su misión: "atentar en España como reacción a la posición en el conflicto de Irak". Se junta con el grupo de Jamal Ahmidan, El Chino, consiguen los explosivos y reúne un núcleo con gente de varios de los grupos participantes. A la célula se unen algunos elementos que habían quedado de las desarticulaciones de otras, como Allekema Lamari (el séptimo suicida de Leganés), "unidos por su odio a España y al mundo occidental". Según Del Olmo, dos personas "hacen alarde de conocer los atentados y se atribuyen su comisión: Mohamed El Egipcio, que evidentemente lo conocía y que seguramente fue apartado del grupo en el momento definitivo, y Hassan el Haski, líder del Grupo Islámico Combatiente Marroquí, envuelto en una sucesión a la jefatura del grupo marroquí que contaba con miembros en España".
Estos son algunos de los 116 imputados que permanecen en prisión preventiva y serán procesados por el juez:
- Jamal Zougam. Es uno de los cinco detenidos el 13 de marzo de 2004, dos días después de los atentados. Proporcionó una partida de teléfonos que fueron utilizados por la célula islamista para confeccionar las bombas. Fue reconocido por dos personas en dos trenes distintos en estaciones consecutivas llevando bolsas o mochilas, aunque él asegura que en ese momento estaba durmiendo. También poseía un teléfono y una tarjeta para su uso personal idénticos a los utilizados en los atentados como activadores de los artefactos. Hay huellas suyas en la casa de Chinchón donde se armaron las bombas.
- Basel Ghayoun. Dos testigos le vieron en el lugar de los hechos. Uno, que resultó herido, le vio en uno de los trenes -el que salió de Alcalá a las 7.05-. Otro, le vio salir en la madrugada del 10 de marzo de un restaurante de Alcalá de Henares. Admite conocer a muchos de los detenidos tras el atentado, pero dice que conoce sólo de vista a Jamal Zougam. Rabei Osman el Egipcio le implica directamente en los atentados, al igual que a su compañero de piso Fouad el Morabit. Alojó el 11-M a Asrih Rifaat Anuar, uno de los suicidas, del que era amigo.
- Hamid Ahmidan. Primo hermano de Jamal Ahmidan, el Chino. En el registro de su domicilio se encontraron 59 kilos de hachís y 125.000 comprimidos de éxtasis. Su precio aproximado es de 75.500 euros y 1.278.000 euros, respectivamente. También se encontró la documentación de otro de los imputados, Otman el Gnaoui, pero con la fotografía de El Chino. Estuvo en la finca de Chinchón, pero no se le hallado relación directa con el atentado.
- Mohannad Almallah Dabas. Detenido por prestar apoyo a alguno de los suicidas de Leganés. Las investigaciones han podido determinar las actividades de los hermanos Moutaz Almallah Dabas y Mohannad Almallah Dabas relacionadas con la captación de jóvenes radicales islamistas en España para su posterior envío al extranjero. Les albergaba, entre otros lugares, en una vivienda de la calle Virgen del Coro de Madrid, de la que era titular del arrendamiento Moutaz Almallah. Se le vincula al entorno de Abu Dahdah (en prisión por la operación Dátil) y se le relaciona con Basel Ghayoun, uno de los presuntos autores materiales del 11-M.
- Otman el Gnaoui. Trabajaba como albañil y fontanero en la casa de Chinchón junto con Hamid Ahmidan. En el domicilio de Hamid e Hicham Ahmidan se encontraron documentos (pasaporte, permiso de residencia para extranjeros y carné de conducir) a su nombre, pero con la foto de Jamal Ahmidan, el Chino. Los días 28 y 29 de febrero de 2004 Otman el Gnaoui mantuvo conversaciones con Jamal Ahmidan, refiriéndose a una "furgoneta" que tenía que recoger a otros presuntos implicados de la "célula de Morata" y trasladarse con ellos hacia Burgos, lo que efectuó Otman el Gnaoui acompañado de Rachid Oulad Akcha y Asrih Rifaat Anuar, a la búsqueda de los dos vehículos que bajaban desde Asturias con los explosivos por la carretera de Burgos con el Chino, Mohamed Oulad y Kounjaa. No ha sabido explicar qué fue a hacer a Burgos y simplemente ha negado que fuera allí.
- Rachid Aglif, 'El Conejo'. Reconoció que tenía amistad y negocios con varios implicados en el 11-M y en concreto con Jamal Ahmidan, el Chino, y con Jamal Zougam. Admitió también que participó en la reunión que se celebró en febrero en una hamburguesería próxima al hospital 12 de Octubre, de Madrid, en la que se pactó la compra de explosivos.
- Abdelilah el Fadual el Akil. Reconoció ante el juez que en febrero 2005 compró un coche, un Volkswagen Golf, azul, a la familia Ahmidan. Este vehículo, del que era usuario Jamal Ahmidan, el Chino, fue utilizado en los días previos al atentado para realizar un viaje a Asturias, y según los investigadores fue empleado para trasladar la dinamita Goma-2 Eco desde una mina del Principado hasta Madrid. Fouad estuvo en la casa de Chinchón y conocía a todos los imputados. Tenía estrechas relaciones con Jamal Ahmidan, al que, según algunos testimonios, facilitaba documentación falsa, operaciones de tráfico de drogas y de sustracción de vehículos.
- Fouad el Morabit. Vivía con Basel Ghayoun en un local del barrio de la Concepción alquilado por Mohannad Almallah Dabas. Admite que Basel le contó que Serhane había dicho a Mohannad Almallah Dabas y a Basel que se fueran de Madrid, que iba a ocurrir algo fuerte. Él lo interpretó como un atentado o un homicidio. Estudió ingeniería aeronáutica y sus huellas estaban en la casa de Chinchón. Detenido definitivamente el 7 de abril, por tercera vez en menos de un mes, tras confirmarse que mantuvo conversaciones telefónicas con los suicidas y otros detenidos por el 11-M antes y después de los atentados. Rabei Osman El Egipcio le implica directamente en los crímenes. Alojó el 11-M a Asrih Rifaat Anuar, uno de los suicidas, que pasó la tarde con su compañero Basel Ghayoun, y se quedó a dormir.
- Mohamed Bouharrat. Entre los escombros del piso de Leganés fueron encontradas fotografías suyas, lo que, a juicio de Del Olmo, "evidencia un nivel de confianza y vinculación intensa que no puede soslayarse del entorno en que se estaban preparando los atentados del 11 de marzo, ámbito en todo caso restringido y de confianza". Además, tenía relación con Said Berraj, uno de los fugados, y con Bouchar, el que avisó a los suicidas de la presencia de la policía. Bouharrat tenía el coche de este último.
- Emilio Llano Álvarez. Era el vigilante, con categoría de capataz, de la Mina Conchita (en Belmonte de Miranda, donde trabajó Suárez Trashorras) y responsable del control de sustancias explosivas y detonadores. Llano era el encargado de la recepción, almacenamiento y distribución de explosivos en esta explotación. Era la única persona que tenía acceso a los documentos en los que se certificaban los explosivos que llegaban a la mina desde la fábrica y los que finalmente se consumían. Presumiblemente alteró los libros de registro de la dinamita. El juez lo explica así: "Esta dinámica [la sustracción progresiva de explosivos y detonadores] se veía favorecida por la falta de control de las sustancias explosivas y detonadores en la propia mina, actuación atribuible al encargado de ésta, Emilio Llano Álvarez, quien haciendo dejación de su obligación de control permitía que los posibles sobrantes de sustancias explosivas y detonadores no empleados no fueran destruidos o volvieran a los minipolv. Esta situación mantenida durante mucho tiempo permitió a José Emilio Suarez, conocedor de la misma así como de determinados empleados de la mina, conseguir la sustancia explosiva interesada por Jamal Ahmidan".
- Rabei Osman el Sayed Ahman, 'Mohamed El Egipcio'. Es uno de los imputados cuya importancia se ha ido relativizando con el paso del tiempo. Detenido el 7 de junio de 2004 en su apartamento de Milán, tras dictar ese día Juan del Olmo orden internacional de busca y captura. Era vigilado desde hacía tiempo y sus conversaciones estaban controladas. Es muy conocida su llamada telefónica a Mourad Chabarou, detenido en Bélgica el 8 de junio de 2004, en la que reconocía ser el que ideó y organizó los atentados, que los suicidas de Leganés eran sus amigos y que estaba triste por no haber podido ir al cielo con ellos. La conversación intervenida el 26 de mayo decía lo siguiente: "Yo formaba parte de esta operación, pero no me han informado de la hora crítica, por lo cual Dios me ha salvado". Parece que fue apartado de la operación, puesto que el ADN traído de Italia no coincide con ninguno de los encontrados en los escenarios del 11-M. Ahora, está siendo juzgado en Italia.
- Hassan el Haski. Del Olmo lo envió a prisión por "la ideación y preparación" del 11-M en diciembre de 2004. El Haski es un "líder del máximo nivel", que estaba empezando a constituir, en Lanzarote y protegido por adeptos, "una nueva estructura para Europa, con la intención, según se desprende de las manifestaciones de algunos líderes detenidos, de hacerse con el liderazgo absoluto del continente". Estuvo alojado en el domicilio de Attila Turk, en París, en los días inmediatos a los atentados del 11-M". En el sumario constan declaraciones de Turk en las que éste asegura que El Haski "huyó de España antes de los atentados, ya que me imagino que sabía lo que iba a pasar". Según Turk, antes de los atentados, El Haski "estaba muy nervioso y quería algún sitio para esconderse". Tras los atentados, "se quedó tranquilo, como si ya no tuviera importancia lo que le pudiera pasar, y si le detenían no tenía importancia".
- Youssef Belhadj. Detenido el 1 de febrero de 2005 en Bruselas (Bélgica), es considerado el presunto portavoz de Al Qaeda para Europa y la persona que supuestamente reivindicó los atentados del 11-M en nombre de la organización terrorista islamista. Youssef es primo de Mohamed Belhadj, fugado desde el pasado 3 de abril, cuando siete de los presuntos autores materiales de los atentados se suicidaron en un piso de Leganés. Mohamed Belhadj era el titular del alquiler de la vivienda utilizada por los terroristas y que quedó destruida tras la explosión de los 20 kilos de Goma-2 Eco. El juez afirma: "Youssef Belhadj ha sido identificado, por sus propios familiares, como miembro de Al Qaeda, y su actividad ha quedado determinada a la captación y envío a Afganistán de voluntarios musulmanes ávidos de hacer la jihad. Ha quedado constatada su presencia en España hasta días antes de los atentados, así como su relación directa con algunos de los huidos por dichos hechos".
- Abdelmajid Bouchar, 'Midhar Salah'. Fue a llevar comida a los ocupantes del piso de Leganés y al bajar con la basura detectó la presencia de policías. Salió corriendo y gritó en árabe para prevenir a los ocupantes de la vivienda, según el juez. Tras la explosión de Leganés, la policía encontró entre los escombros documentación personal de Bouchar, al que se le atribuye labores de aprovisionamiento para los que vivían en el piso explosionado.
El auto que prepara Del Olmo también menciona a los huidos, entre ellos Amer Azizi, Othman el Andalusi; Said Berraj, Said el mensajero; Mohamed Belhadj, Mohamed Afalah y Daoud Ouhnane.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.