La ampliación del puerto no contará con accesos ferroviarios hasta 2011
La nueva terminal duplicará la superficie actual y funcionará en 2008
La ampliación del puerto de Barcelona, que duplicará la superficie actual, estará en marcha en 2008 con la finalización de las obras de la nueva terminal de contenedores en El Prat. Sin embargo, entrará en servicio sin contar con los accesos ferroviarios previstos para la zona. La Cámara de Comercio de Barcelona considera que no estarán listos hasta 2011, una previsión en la que coinciden las empresas que ejecutan las obras.
El retraso se debe a una falta de coordinación entre las administraciones que han realizado el proyecto y el tiempo que requerirá secar y asentar los terrenos en los que se ubicará la estación ferroviaria de carga y descarga, sobre el antiguo lecho del río Llobregat. Desviado en 2004 para permitir el crecimiento del puerto, la falta de actuación inmediata sobre el terreno que quedó libre ha hecho que, con el tiempo, la fauna se haya adueñado del lugar. La semana que viene está previsto que la autoridad medioambiental inicie el trasvase de los peces que se han reproducido en las aguas del viejo cauce.
La aparición de vida en la antigua desembocadura y las quejas de los ecologistas contra la pavimentación del espacio han mantenido paralizados durante un año y medio los trámites para la construcción de la terminal ferroviaria. Finalmente, las instituciones y la Autoridad del Puerto de Barcelona acordaron la reserva de un área de siete hectáreas para destinarla a zonas verdes.
Esta semana se firmó el acuerdo para proceder a retirar los peces, después de que en diciembre la Autoridad Portuaria de Barcelona tomase el relevo a la Agencia Catalana del Agua en la dirección de las obras del puerto, tras finalizar el desvío del Llobregat.
Proceso rápido
El proceso de retirada de peces será rápido. Sin embargo, la dificultad en acometer la obra se encuentra en la preparación del espacio, que según fuentes próximas a la dirección de las obras, será costosa. Una vez que no quede vida en el lecho, se verterán toneladas de tierra. Tal como se ha realizado en operaciones similares, se cubrirá el actual humedal más de cinco metros por encima del nivel del mar, una operación que podría terminar a finales de este año. Entonces se dejará reposar el terreno para que vaya asentándose, algo que requiere el paso de "meses y hasta de un año", antes de poder retirar la tierra sobrante. La estabilización, según las mismas fuentes, se completaría entre finales de 2007 e inicios de 2008.
Por otro lado, aún no existe un proyecto definitivo sobre la llegada de la infraestructura ferroviaria, a la espera de decidir aspectos como por ejemplo si la estación tendrá 8 o 12 vías, en función del tráfico de mercancías que pueda originarse. El presidente de la Cámara de Comercio de Barcelona, Miquel Valls, calificó esta semana de "urgente" la necesidad de que se complete el estudio informativo sobre el trazado ferroviario. Una vez que exista proyecto, se tardará un mínimo de dos años en materializarlo.
El alcalde de El Prat, Lluís Tejedor, atribuyó el gran retraso de la obra a la "insuficiente coordinación entre el Gobierno de la Generalitat y el central". Asimismo, Tejedor responsabilizó al Ministerio de Medio Ambiente, depositario de la Declaración de Impacto Ambiental, de falta de agilidad en el proceso de reutilización de la superficie que antes ocupaba el Llobregat.
La nueva conexión ferroviaria será de ancho ibérico internacional e ibérico y tendrá capacidad para transportar anualmente 30 millones de toneladas de mercancías. Según el Puerto de Barcelona, el transporte de mercancías por tren se elevará al 30% respecto a otros medios, lo que supondría eliminar de las carreteras a 20.000 camiones diarios.
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