"Las españolas de cincuenta y las más jóvenes viven en mundos distintos"
Manuel Pérez Yruela dirige el Instituto de Estudios Sociales Avanzados, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y con sede en Córdoba, y preside la Federación Española de Sociología, una organización profesional que acaba de cumplir 25 años. Especializado en inmigración, Pérez Yruela, de 59 años, acaba de terminar un estudio sobre Xenofobia y Racismo para la Secretaría de Estado de Inmigración.
P. Ha estudiado la inmigración desde varios enfoques. ¿Se puede hablar de integración o de mera yuxtaposición cultural?
R. Debo decir que, a pesar de las imágenes terribles que vemos, los inmigrantes que llegan en patera son sólo un 3%. Y al menos en Andalucía, que es donde he estudiado más el fenómeno, entre el 70 y el 80% tiene unas condiciones de empleo y vivienda semejantes a las de un trabajador autóctono. Sólo un 20% o un 30% vive en situaciones precarias: una minoría, aunque sea grave.
P.Pero el fracaso escolar es alto. La adaptación no resulta fluida, según los expertos.
R.Los niños están escolarizados al cien por cien, pero la lengua es una barrera: es el problema de las primeras generaciones de inmigrantes en cualquier país. Son problemas irresolubles, que se solucionan en la siguiente generación.
P. ¿Cuáles son las principales tendencias que estudian en estos momentos?
R. Realmente, el éxito de la sociología, y a la vez su cara negativa, es que todo el mundo tiende a hacer de sociólogo al enfrentarse a la realidad. No obstante, la expansión de la sociología nace con la democracia. Ahora la sociología se ha especializado. El sociólogo trabaja a menudo para la función pública: analiza determinados problemas sociales para los políticos que pueden traducirse en futuras leyes. A la vez pulsa la opinión pública, que, por cierto, es bastante estable, no es una veleta, y los cambios responden a causas.
P.El perfil demográfico de España se ha renovado en los últimos años, con un repunte de la fecundidad. ¿Continuará esa tendencia?.
R.Hay un leve aumento gracias a la contribución de los inmigrantes, y seguirá aumentando.
P. ¿Sólo por los inmigrantes?
R. Eso dependerá de las políticas sociales y de las posibilidades de conciliar trabajo y vida familiar. Las 16 semanas de permiso maternal parecen insuficientes.
P. ¿Cuál es el cambio más espectacular que vive la sociedad española?
R. Lo más significativo es que se ha elevado el nivel medio de educación. La formación a la que accedieron los españoles de más de 40 años y la que tienen los menores de esa edad es muy diferente. Podríamos hablar de dos Españas, no en el sentido ideológico, sino en formación. Por vez primera tenemos generaciones que han cursado primaria y secundaria.
P. Hay sectores de jóvenes, sin embargo, forzados a realizar la secundaria sin el menor interés...
R. Son una minoría. El nivel ha subido y eso significa más cultura y tolerancia. Yo desmitificaría también los datos referidos al desinterés de los jóvenes por la política. Son los mismos de los mayores. La política no tiene que interesar de modo apasionado a todos.
P. Vamos a una sociedad envejecida. ¿La ley de Dependencia podrá cubrir tanta demanda?
R. Cierto, en diez o quince años seremos un país de mayores. Nos va a tocar a la gente de mi generación. Aun es pronto para analizar la ley de Dependencia. Está poco dibujada aún.
P. Dentro de quince o veinte años se jubilarán también mujeres que no han accedido al pleno empleo o que han llevado la doble carga de trabajo y hogar.
R. Hay que llevar la igualdad a la realidad. Pero hay un hecho: las mujeres de 50 años en adelante y las más jóvenes viven ya en mundos diferentes. En las nuevas generaciones las relaciones de género están en reequilibrio. Los que tenemos más de cincuenta años ya no pertenecemos, en cierto modo, a esta nueva sociedad que forman los jóvenes, aunque la hayamos creado.
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