Las bases de ERC rechazan el pacto sobre el Estatuto y emplazan a la dirección a negociar
Artur Mas reclama a Maragall que convenza a Esquerra o rompa el tripartito catalán
Unanimidad entre las bases de Esquerra Republicana (ERC) para rechazar el acuerdo entre el PSOE y CiU sobre el Estatuto. La dirección de ERC celebró anoche 14 asambleas en otras tantas poblaciones catalanas para tomar la temperatura a las bases del partido en un momento en que el rechazo de ERC al acuerdo estatutario hace tambalear al tripartito catalán. Todas las asambleas acabaron con el acuerdo de dejar las manos libres a la dirección para negociar desde cero la inclusión del término nación y la mejora del modelo de financiación hasta el final.
La dirección de Esquerra consiguió arrancar de las bases del partido los objetivos marcados al convocar las asambleas: tener las manos libres para seguir negociando la mejora del Estatuto en su trámite en el Congreso y oponerse al acuerdo entre José Luis Rodríguez Zapatero y Artur Mas, que consideran cuando menos una "traición" de los convergentes. Esta negociación deberá limitarse a dos asuntos clave: la financiación y la definición, en el articulado, de Cataluña como una nación.
El Gobierno y el PSOE lo tendrán difícil para aceptar las condiciones de los republicanos, porque las bases de ERC exigen poner el contador a cero en estos puntos y empezar la negociación a partir del texto aprobado en el Parlamento catalán. Aunque el resultado de estas conversaciones no sea favorable a los intereses de ERC, los afiliados apostaron por que la formación independentista no abandone el tripartito catalán. Sin embargo, no entraron a evaluar las repercusiones que un no republicano tendría para la estabilidad y continuidad del Gobierno.
La dirección de Esquerra volverá a convocar nuevas asambleas al final del proceso negociador para dejar en manos de las bases la decisión sobre el sentido del voto en el referéndum. Pero de llegar a este punto, a la cúpula republicana se le complicará notablemente el panorama, pues la mayoría de sus dirigentes consideran poco menos que inconcebible oponerse a un Estatuto que mejora sustancialmente el autogobierno. Pero si la dirección despliega la misma capacidad de persuasión que ayer, le será fácil hacer prosperar su criterio.
Las asambleas de ERC se produjeron al final de una semana marcada por las presiones de sus socios del tripartito y de CiU para que se sumen al consenso. Ayer mismo, el líder de CiU, Artur Mas, reclamó a Pasqual Maragall, presidente de la Generalitat, que "ejerza su responsabilidad" y convenza a ERC para que apoye el Estatuto en el referéndum. Mas acudió a Madrid para dejar claro que su formación "no admitirá juegos malabares ni piruetas, como el de un Gobierno, el catalán, que convoca un referéndum pero una parte pide el no o la abstención". Si no logra convencer, la alternativa pasa, para CiU, por tomar "medidas drásticas", esto es, romper el tripartito.
Mas no quiso hablar expresamente de ruptura y se limitó a ese eufemismo de "medidas drásticas". Fuentes de CiU señalaron más tarde que ésa es la idea que maneja la federación.
"Es ilógico que el tripartito vuelva a estar descohesionado en lo que era su principal apuesta. Vamos a ser muy exigentes. El juego tiene que hacerse en condiciones normales, el Gobierno tiene que estar unido. Es al presidente y al PSC a quienes corresponde ejercer su responsabilidad", insistió Mas ante un foro de empresarios en el que también había ministros como Jordi Sevilla o José Bono.
Mas trató de colocar a ERC y al PP en el mismo saco, para aumentar la presión sobre los republicanos, que ya han recibido avisos claros desde las filas socialistas. "Quien se quede fuera de este acuerdo queda fuera de juego en Cataluña para muchos años". Estaba hablando sobre todo del PP, pero más tarde recordó que eso valía también para ERC.
Mas, que en los últimos meses ha asistido cinco veces a foros en Madrid, mostró su faceta más templada sobre todo a la hora de explicar las bondades del pacto con el PSOE, pero no olvidó reivindicar el Estatuto pactado en Cataluña. "No renunciamos a lo que se aprobó con el 90% de apoyo. Aquella es nuestra hoja de ruta para que Cataluña sepa adónde queremos llegar". El líder democristiano. Josep Antoni Duran Lleida, volvió a contradecir a Mas sobre la estrategia a seguir en las negociaciones. Duran, mucho más comedido, se ofreció como mediador para que ERC se sume al consenso.
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