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Controvertido estreno de 'Múnich' en Israel

Naiara Galarraga Gortázar

Steven Spielberg no viajó a Israel para el estreno, el jueves, de su última película, Múnich. "Me gustaría ir para verla allí con las familias de todas las víctimas una vez ya esté exhibiéndose", explicó el cineasta judío estadounidense la semana pasada en una entrevista a la revista alemana Der Spiegel. "Si hubiera ido parecería que quería promocionarla para hacer más taquilla". Sabe bien que en el Estado hebreo los ánimos están caldeados, como también en los círculos sionistas radicales, por su retrato de los agentes israelíes que asesinaron a los terroristas palestinos que supuestamente organizaron la matanza de nueve atletas israelíes en los Juegos Olímpicos de Múnich, en 1972.

La controversia surgió en Israel incluso antes de que el público hubiera visto la cinta, que se estrenó a finales de diciembre en Estados Unidos. El cónsul general israelí en Los Ángeles, Ehud Danoch, puso el grito en el cielo: "Como película de Hollywood asumo que dirán que está bien hecha. Pero el mensaje que transmite es problemático. Hay cierta pretenciosidad al intentar abordar superficialmente un conflicto doloroso de décadas en dos horas y media". Cuando las autoridades hebreas preguntaron por el proyecto, rodeado de un secreto absoluto, les replicaron, según Danoch: "Spielberg, por supuesto, no hará nada que dañe a Israel".

Muchos judíos se han sentido traicionados por el relato que hace el también autor de La Lista de Schindler y promotor Shoa, una recopilación de testimonios visuales de supervivientes del Holocausto.

Dos son básicamente las críticas que hacen desde ámbitos judíos al director. Equipara moralmente a los terroristas palestinos con los israelíes que les persiguen y matan. Y aducen que el testimonio del libro en el que se basa la cinta, Venganza, de George Jonas, es falso. Según Danoch, el supuesto jefe del comando israelí que habló con el autor del libro no es tal, y nunca perteneció al Mossad, los servicios secretos exteriores. A Spielberg, sin embargo, su intuición le dice que lo que esas páginas cuentan es cierto. Él y el guionista, Tony Kushner -judío estadounidense y antisionista de izquierdas, según sus detractores-, se reunieron varias veces con el supuesto agente israelí para preparar Múnich.

Las familias

También ha sido criticado en Israel por no haber consultado a las familias de las víctimas. Para atemperar los ánimos, antes del estreno mundial se organizó un pase privado con las viudas de dos de los atletas asesinados. "Entendieron el mensaje", en palabras del director. "Mostrar que los que perpetraron aquel crimen son también personas con familia no excusa lo que hicieron. Entender no significa olvidar", añade en Der Spiegel.

Pero hay discrepancias. Gury Weinberg, que interpreta a su padre, el asesinado levantador de pesas Moshe Weinberg, está satisfecho con la cinta. Su madre disiente: "No quiero que la gente la vea, aunque mi hijo actúa en ella", declaro a Yediot Aharonot, el diario israelí más vendido.

Fundamentalistas, dogmáticos y cortos de miras. Así ve Spielberg a los que le acusan de traidor. Y recuerda que el Talmud, libro sagrado de los judíos, dice que "el diálogo en la buena dirección es el bien más preciado". La taquilla israelí dirá si sus detractores hebreos son una minoría ruidosa.

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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