Touriño asegura que el PP gallego no es "catastrofista" como Rajoy

La tormenta política no alcanza aún a Galicia, donde empezará, en unos días, el debate sobre la reforma del Estatuto de Autonomía entre múltiples gestos de distensión. El presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, manifestó ayer tras entrevistarse con el nuevo líder popular en Galicia, Alberto Núñez Feijóo, que se congratula de que el PP gallego no secunde "el mensaje catastrofista y alarmista" de Rajoy.

Núñez Feijóo ya se había entrevistado el pasado miércoles con el vicepresidente de la Xunta y líder del BNG, Anxo Quintana, en una reunión que sirvió para que ambos destacasen sus coincidencias en algunos criterios generales para la reforma del Estatuto. Feijóo, que relevó hace dos semanas a Manuel Fraga al frente del PP gallego, estuvo ayer más de una hora con Touriño y le entregó documentos con sus propuestas. Ambos, en comparecencias por separado, destacaron el afán constructivo de la charla, que Touriño contrapuso a la actitud de la dirección nacional del PP. El presidente de la Xunta consideró "difícil" que los populares gallegos se abonen a una política de enfrentamiento sin tregua, una vez que "han vencido las resistencias y han dado el paso de sentarse a negociar el Estatuto".

Feijóo se fue de la entrevista con una prueba de que el presidente quiere corresponder a su voluntad de diálogo. Como ya había hecho ante Quintana, el líder del PP condicionó su actitud ante la modificación estatutaria a que el Gobierno autónomo renuncie a reformar unilateralmente la ley electoral.

Derecho de veto

De hecho, PSdeG y BNG estaban de acuerdo en una modificación muy dañina para el PP: hacer un reparto provincial de escaños más equitativo que deje de primar la representación de las zonas rurales, los grandes feudos electorales de los populares. Touriño, tras recordar que Fraga impuso por mayoría absoluta el último cambio de esa ley, se comprometió a no reformarla de nuevo sin el consenso con la oposición.

El líder del PP gallego transmitió al presidente su rechazo total a la fórmula de financiación pactada para el Estatuto catalán. Touriño admitió que su comunidad saldría perjudicada si se le aplicase automáticamente una fórmula como la catalana, pero señaló que existen mecanismos de compensación financiera que se van a negociar a partir de ahora. En ese punto, la coincidencia entre Touriño y Feijóo fue incluso mayor que la del presidente con sus socios nacionalistas. Casi a la misma hora que Quintana reclamaba ante dirigentes del BNG un "diálogo bilateral" con el Gobierno para discutir la financiación, el presidente y el líder del PP convenían en que ese asunto sólo se puede negociar con la presencia de las 17 comunidades.