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Entrevista:Diccionario de la vida | Fernando Trueba, director de cine | PERSONAJES

"Ahora me gustaría ser catalán"

Juan Cruz

Sus pasiones son la desobediencia y el placer. Ganó un Oscar en 1992, con Belle époque. Su primera película se llamó Ópera prima, y apareció en 1980, cuando aún escribía crítica de cine en este periódico. Fernando Trueba acaba de cumplir 51 años, ha terminado tres guiones y está acabando un documental sobre un pianista brasileño asesinado por la dictadura argentina: Tenório Junior. Su diccionario va de la nada al cine, pasando por la Iglesia.

NADA.

Maldad sería la palabra que aplicaría a la Iglesia y a la derecha. Conocen el mal que hacen, el daño que causan, y a pesar de ello lo siguen haciendo
¿Por qué siempre que se habla de cine español sale la palabra crisis? Más en crisis están la prensa, la televisión o la democracia. Para mí todo está en crisis
Cuando vas envejeciendo, vas descubriendo quién eres en realidad (...). Mi vida se ha regido por dos principios: el placer y la desobediencia

Es mi palabra preferida. Expresa la gran verdad; es muy hermosa, gráfica y fonéticamente. Mi perra se llama Nada, y haciendo honor a su nombre se ha quedado ciega. Es una palabra eterna. Ahora que lo pienso, podía aludir al pensamiento de la Iglesia y de la derecha española (a la ausencia de pensamiento en realidad), pero es demasiado bonita para aplicársela a ellos.

MALDAD.

Ésa sería la palabra que aplicaría a la Iglesia y a la derecha. Conocen el mal que hacen, conocen el daño que causan, y a pesar de ello lo siguen haciendo. Y lo peor es que han creado una fábrica de mentiras y luego una red de distribución para esas mentiras. La gente habla mal de Federico Jiménez Losantos [comunicador de la Cope, la emisora de la Iglesia], pero a mí lo que me preocupa son quienes le pagan y por qué le pagan: ahí está el Mal.

LOS 'PAPELES' DE SALAMANCA.

¡Qué pérdida de tiempo! ¡Qué aburrimiento! ¡Y que los medios le den tanta cobertura! Creo que los medios tienen una culpa enorme por hacer de caja de resonancia de la estupidez. Hay unos papeles incautados, pues no hay nada que discutir: ¡se devuelven a sus legítimos dueños, y punto!

FRANQUISMO.

Franquistas había antes de Franco. El poder que apoyó a Franco era el de esa reacción española tan recalcitrante, que sigue estando ahí. Me da pena la gente de derechas de bien. Tienen unos representantes que no se los deseo ni a mi peor enemigo. Yo les desearía un De Villepin, y no la pandilla basura esa que tienen. Y ahora lo digo con impudor: Zapatero me parece el mejor presidente que ha habido nunca en este país. Un tipo que escucha, que consulta las cosas que hace, que curra bastante y se exhibe bastante poco.

LA IZQUIERDA.

Está desorientada. Mi teoría es que sólo existe una guerra real, declarada: la de las grandes corporaciones contra la gente, y lo demás son batallas. En la medida en que los ciudadanos ganen esa guerra salvaremos la especie y el planeta. A mí la guerra de Irak sólo me parece una batalla de esa guerra; en ella, la izquierda tiene que reencontrar su sitio: estar con la gente, redefinir la vida en este nuevo mundo, en el que las relaciones de fuerzas son distintas, han cambiado.

CATALANES.

He intentado no gas- tar tiempo con esto del Estatuto. Es otra especie de delirio de los medios de comunicación, que se convierten, algunos sin quererlo, en altavoces de la derecha. Lo único que puedo decir es que me gustaría ser catalán. Probablemente es Cataluña el lugar donde mejor se vive del mundo. Es una sociedad muy equilibrada, que tiene lo mejor del norte, lo mejor del sur y lo mejor del Mediterráneo, y creo que lo que el resto de España tiene que hacer es aprender de Cataluña.

LULA.

No tengo una opinión muy formada. Pero he escuchado a su antecesor, Fernando Henrique Cardoso, y me parece que tiene una solidez mayor que la de cualquier político que haya escuchado en muchos años. De Lula espero que pueda hacer lo que ha prometido, que es mucho: que al menos empiece la transformación que Brasil necesita. A Brasil le falta solidaridad, repartir su riqueza, llegar a una sociedad justa. En Europa hemos logrado enormes avances que hay que defender y perfeccionar, en contraste con la pobreza extrema y multitudinaria que padece América Latina... Hablo de Brasil porque es mi gran pasión: me la inculcó mi suegro, Manolo Huete (y mi mujer, Cristina), que emigró allí en los cincuenta y allí nacieron sus hijos. Ellos me hicieron amar la cultura de Brasil.

HOLLYWOOD.

No significa nada artísticamente. Es pura industria. Hollywood no es nada, es una fábrica. Y aunque controlan el mercado, las películas que hacen no cuentan artísticamente en el cine mundial. Las mejores películas de hoy las hacen iraníes, mexicanos, brasileños, argentinos, chinos... Hollywood es una mierda. El mundo hoy es pequeño. Yo estoy trabajando en proyectos en portugués, en francés, en inglés.

CRISIS.

¿Por qué siempre que se habla de cine español sale esta palabreja? Más en crisis están la televisión, la democracia o la prensa... Para mí todo está en crisis. Yo creo que es urgente que los cineastas de todo el ámbito latinoamericano nos reunamos y que forcemos a los políticos a crear un espacio cinematográfico y audiovisual común; que las películas mexicanas se estrenen al mismo tiempo en Barcelona, Buenos Aires o Caracas... Que no lo hayamos hecho y que hayamos entregado nuestro mercado a las grandes multinacionales resulta patético... ¿Que las películas no se entenderían en según qué países? No lo creo: Siete vírgenes, de Alberto Rodríguez, se entiende en Buenos Aires y en México, como aquí entendemos Nueve reinas o Y tu mamá también. Por cierto, qué buenas las tres ¿no? Mejores que las que hacen en Hollywood.

RAFAEL AZCONA.

Lo más grande que ha dado el cine español; nadie le llega ni a los tobillos. Cada minuto que pasas con él aprendes. De cine, de literatura, de la vida, y además es enormemente divertido; uno de esos casos en los que la inteligencia, la bondad y el humor van juntos, que es lo mejor que puede tener un ser humano.

CINCUENTA.

EL PAÍS publicó que cumplía 50 años; no, he cumplido 51. Cuando vas envejeciendo, vas descubriendo quién eres en realidad. Y he llegado a la conclusión de que mi vida se ha regido por dos principios: la desobediencia y el placer. Dos palabras bien hermosas. Me motivan. Nací en una sociedad nacionalcatólica; en mi casa estaba omnipresente el principio de autoridad, y siempre quise romperlo. En todo caso, sí debo decir que cuando se aprobó la ley que otorgaba a los homosexuales la posibilidad de casarse entre ellos me sentí muy orgulloso de ser de este país. Espero que algún día no exista la familia, que la gente viva en la célula que le apetezca, que inventen fórmulas nuevas. Porque la familia se inventó para transmitir la propiedad; es una unidad administrativa, pero carece de lógica desde el punto de vista moral: va contra la ley de la gravedad.

AMOR.

Existe el amor que es generoso, solidario. Y existe la pasión, el deseo apasionado de otra u otras personas, el sexo. Y luego una cosa siniestra a la que algunos llaman amor que es el sentimiento de poseer a otra persona, de ser su dueño, de que te pertenece. El amor y el sexo, aunque ocasionalmente puedan ir juntos, no tienen ninguna relación directa. El amor es una mentira más sobre las que luego se construyen las cárceles. La otra guerra pendiente es contra el puritanismo, que permite chantajear y manipular a la gente.

Fernando Trueba.
Fernando Trueba.LUIS MAGÁN

Dispuesto a desobedecer

Fernando Trueba nació para desobedecer, y mientras tanto hace cine. Es el único cineasta del mundo que se atrevió a decir, cuando recibió un Oscar de Hollywood, que no creía en Dios, sino en Billy Wilder. Tiene una paciencia de hierro, y un humor contra el que sólo puede la estupidez humana y algunas de sus bestias negras, de las cuales la Iglesia está en primer lugar. Ahora lleva ya filmadas setenta horas de una película nueva, Tenório Junior, y por él no acabaría nunca. Ha conseguido que el trabajo sea su segundo gran placer. Del primero habla en este diccionario.

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