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La obra de Schneider muestra su abstracción lírica

El pintor de origen suizo Gérard Schneider (Sainte-Croix, 1896-París, 1986) es considerado un pionero de la abstracción lírica, que junto a Hans Hartung y Pierre Soulages impulsó la evolución del arte contemporáneo en la Francia de la mitad del siglo XX. La exposición Schneider. Los años 50 muestra en Bilbao, desde ayer y hasta el 17 de abril (Sala BBK. Gran Vía, 32) un decena de pinturas de sus "años gloriosos", entre 1954 y 1961, según explicó el comisario, Nicolás Morales, rodeadas de una colección de trabajos previos.

En total, Schneider. Los años 50 reúne 37 obras. El primer bloque presenta la "época de aprendizaje" del artista, desde sus años de estudiante en la Escuela de Artes Decorativas de París, admirador de la pintura de Cézanne, a las realizadas ya en los años 30 bajo la influencia del surrealismo y destilando la influencia del Kandinsky temprano en los primeros pasos hacia la abstracción. Morales ha denominado "años decisivos" al final de la década de los 40, la etapa en la que el artista buscó un "contenido expresivo y dramático" en la creación de formas abstractas.

En los cincuenta, la abstracción lírica de Schneider, sus trazos firmes y próximos a la caligrafía japonesa, llegó a la cumbre y consiguió el aplauso fuera de las fronteras francesas. Sobre todo tras su participación en la Bienal de Venecia de 1954. Quienes conocieron a Schneider en sus años gloriosos recuerdan a un hombre amable y elegante, dee apariencia tranquila. Sin embargo, escondía un carácter iracundo y sólo vivía para el arte.

La exposición no incluye, según , explicó Morales, los trabajos "más luminosos y llenos de color" que Schneider realizó posteriormente en Italia, pero concluye con una pintura cargada de simbolismo: la obra que pintó el mismo día de su muerte en París. Schneider consiguió éxito en Estados Unidos y en Japón. En España, en cambio, no se le había dedicado una exposición individual hasta ahora, y su presencia en colecciones públicas se limita al Museo de Arte Contemporáneo de Vilafamés (Castellón).

El artista tuvo en los años 30 en París una relación cercana con el pintor español Luis Fernández que, ayer lo recordaba su viuda, Loïs Schneider, le puso en contacto con Picasso y el círculo de los surrealistas. Schneider presumía, además, de conocer el trabajo de los grandes maestros. "Le gustaba la pintura española", añadió su viuda, "sobre todo, Velázquez".

La viuda de Gérard Schneider, Loïs, (al fondo) y la hija del primer matrimonio del artista, Janine, ayer, en la exposición del pintor en Bilbao.
La viuda de Gérard Schneider, Loïs, (al fondo) y la hija del primer matrimonio del artista, Janine, ayer, en la exposición del pintor en Bilbao.T. BERRUEZO
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