Y parecía auténtico
Una revista científica ha detectado gracias a un sistema propio de control de imágenes 14 artículos con fraudes
Entre las muchas tentaciones de la era digital, la manipulación fotográfica se ha revelado particularmente problemática para la ciencia. Ante esta situación, las revistas especializadas están empezando a reaccionar y algunos editores estudian emplear un test usado desde 2002 por la revista estadounidense The Journal of Cell Biology [La Revista de Biología Celular], y que podría haber descubierto las imágenes retocadas de células madre embrionarias presentadas por el científico coreano Hwang Woo Suk.
El método utilizado por The Journal of Cell Biology ha revelado que, desde 2002, el 25% de los artículos que le han llegado tenía una o más ilustraciones manipuladas, según explicó Michael Rossner de la Rockefeller University, uno de los responsables de la revista. El otro responsable, Ira Mellman, de la Universidad de Yale, dijo que "en el 1% de los casos se descubrió que los autores habían incurrido en fraude". Han sido un total de 14 artículos hasta el momento.
La revista empezó a pedir los originales de las imágenes cuando sospechó que podían estar manipuladas y, al comprobarlas, se dio cuenta de que algunos autores se habían rendido a la tentación de utilizar las herramientas de Photoshop [el programa informático de tratamiento de imágenes más utilizado] para retocar los datos originales. Por ejemplo, encontraron que algunos habían duplicado elementos o habían limpiado el fondo de la imagen. También cambiaban el contraste para eliminar rastros de elementos que aparecían en sitios donde no debían estar. Otros habían cogido imágenes de células de experimentos distintos y las habían insertado. Los responsables de la revista hacían las comprobaciones también por medio del Photoshop, ajustando los controles para ver si aparecían nuevas características.
Mellman y Rossner planean ahora introducir entre sus métodos las aplicaciones informáticas desarrolladas por Hani Farid, un experto en matemática aplicada de la Universidad de Dartmouth, que está desarrollando algoritmos para detectar estas alteraciones.
Cuando los investigadores eliminan un objeto de una imagen, suelen esconderlo con un parche similar al fondo. Esto conlleva la duplicación de material, que puede ser invisible para el ojo humano, pero que se detecta mediante análisis matemático. Si un objeto es agrandado, Photoshop genera píxeles extra. Si se rota el objeto, otra cantidad de píxeles son generados mediante un patrón característico. Un objeto insertado de otra fotografía suele tener un ángulo diferente de iluminación. Y aunque para el ojo humano es prácticamente imposible percibir los cambios de luminosidad, explica el doctor Farid, sí pueden ser detectados por la computadora. "Al final necesitas las matemáticas", dijo Farid, que espera tener listas pronto las herramientas para el test del doctor Rossner.
Las revistas científicas dependen en gran medida de los revisores para apartar los artículos de mala calidad. Pero la misión de los revisores no es la de comprobar los datos, sino comprobar que las conclusiones del artículo se desprenden de los datos presentados.
El doctor Mellman cree que la comunidad científica aún no se ha concienciado con el problema de la manipulación de imágenes, y afirma que le gustaría que otras publicaciones empezaran a utilizar este sistema de comprobación, sobre todo teniendo en cuenta que sólo se necesitan unos 30 minutos por artículo. "Nosotros somos una modesta publicación universitaria", dijo, sin los recursos de revistas como Nature, Science o Cell. "Si no pueden afrontar este gasto, algo falla en su modelo de negocio", aseguró.
Science, de hecho, ya ha adoptado este método y empieza a aplicarlo a sus propios artículos. "Algo así es inevitable para la mayoría de las revistas", afirmó Katrina Kelner, una de las editoras de Science.
© The New York Times.
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