Después de Fidel Castro

El novelista Andrés Sorel acaba de publicar Mañana, Cuba en la editorial sevillana RD. El autor explora en este libro cuál puede ser el futuro de la isla después de Fidel Castro. Mañana, Cuba reúne análisis político, testimonio periodístico y ensayo en 350 páginas. Su autor presentó ayer el libro en Sevilla. Sorel, que ha publicado novelas como La noche que fui traicionada y Concierto en Sevilla, se lamentó de que "el tema de Cuba, sobre todo en los últimos 20 o 30 años, se ha deformado en la información que se da en España". "Es una información parcial y sesgada que no tiene en cuenta las voces múltiples", señaló el autor de Mañana, Cuba. Sorel recalcó que en los medios de comunicación españoles casi nunca se da espacio a "voces contrarias a aquellas que han apostado contra la revolución cubana".

Otra carencia que resaltó Sorel es la falta de una buena información sobre América Latina. "En España no se conoce muy bien la realidad de Latinoamérica: hechos como el de Cuba, y después el de Venezuela, ahora Bolivia, incluso Chile, Argentina y Brasil, quizás mañana Perú...", señaló el escritor, en referencia a las victorias sucesivas que en los últimos tiempos han logrado fuerzas de izquierda en los comicios de estos países. Sorel hizo hincapié en "el profundo sentimiento antiyanqui" que comparten millones de latinoamericanos. "Sin entender eso no se puede entender lo que está ocurriendo", resumió.

Modelo neoliberal

Sorel, que es secretario general de la Asociación Colegial de Escritores de España y que fue fundador del diario Liberación, abogó por que "el día después de Fidel, Cuba siga siendo Cuba". El autor mostró su confianza en que Cuba "subsane algunos de sus errores y tenga unas nuevas formas de participación política dentro de su originalidad". "Sin comprender al otro no hay diálogo posible", añadió antes de rechazar la imposición de "un modelo neoliberal" para la isla caribeña.

Sorel recordó que la Cuba revolucionaria ha cometido errores a lo largo de su historia. "Los mayores errores se cometieron en los años setenta. La influencia del estalinismo y la Unión Soviética estuvo a punto de arruinar la revolución cubana. La libertad de expresión sufrió una represión muy fuerte y empezaron a darse los primeros fenómenos de corrupción política y económica. Esta década fue la más siniestra. Tuvo que ser corregida a fines de los años ochenta", explicó.

Sin embargo, también recordó que Fidel Castro no perdió el poder cuando los regímenes comunistas del este de Europa se fueron al garete. "¿Por qué no cayó Cuba cuando cayeron todos los países socialistas? Cuba no cayó pese a vivir unos momentos de carencias económicas brutales: falta de luz, alimentos, infraestructuras... ¿Por qué sucedió esto? Porque Cuba no es un país como Polonia, Checoslovaquia, Rumania o Bulgaria, en los que la revolución fue impuesta por la Unión Soviética con los tanques tras la II Guerra Mundial. En Cuba es el pueblo el que hizo la revolución, y eso todavía subsiste en mucha gente en el campo, en las pequeñas ciudades...", comentó el escritor.

"Hay un capítulo que habrá que resolver: el de la libertad de expresión. Existe libertad de expresión en revistas culturales, pero no en la prensa y la televisión. La oposición está dividida. Hay una oposición anexionista, que vive fundamentalmente en Miami, y hay una oposición dispuesta a participar en el futuro de Cuba sin perder su carácter socialista, de país que no quiere caer en los planes de EE UU para el futuro de Cuba, que son aterradores", aseveró Sorel.

¿Cuál es el proceso político que desea para los cambios en Cuba? "Confío en que no sea ni el modelo de la transición española ni el modelo de China. Creo que tiene que ser un modelo cubano que no abandone los logros de la revolución en política social, educativa y médica y que corrija las distorsiones que ha producido el comunismo en Cuba", concluyó Sorel.