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Reportaje:

Los juzgados destruyen sus pruebas

Retirados miles de objetos acumulados desde 1976 en los sótanos de la plaza de Castilla porque suponían un peligro en caso de incendio

Los sótanos que albergan las pruebas de los delitos en los juzgados de la plaza de Castilla se habían convertido "en un polvorín", según explicó ayer el juez decano de Madrid, José Luis González Armengol. "Pero ya lo estamos desactivando", agregó.

Los sótanos de los juzgados madrileños han almacenado desde 1976, cuando se creó en ellos el depósito de las pruebas judiciales, millones de artículos incautados a delincuentes y que luego se usan para acreditar la existencia del delito. Pero eran tantos y tan variadas las pruebas que algunas de ellas suponían un peligro para la seguridad de las ocho plantas de la sede central de los juzgados. Había bombonas de butano o de cámping-gas, sustancias inflamables, aerosoles antivioladores, 18.000 armas blancas, 90 carabinas, 14 armas largas, armamento de guerra e incluso restos orgánicos. "Y todo ello prácticamente tirado por el suelo y sin el debido control", afirma el decano.

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Todos estos artículos, salvo las armas, empezaron a ser retirados de ese lugar a finales del pasado noviembre para proceder a su destrucción. Uno de los sótanos, el más grande, ya está prácticamente limpio. En unos días comenzará la limpieza del otro, más pequeño. El riesgo de incendio y eventuales explosiones fue advertido en un informe por los bomberos del Ayuntamiento de Madrid. El riesgo era para los varios miles de usuarios que llegan a diario a la sede central de los juzgados de la plaza de Castilla. Los bomberos inspeccionaron los sótanos y emitieron un informe del grave riesgo que suponía tener ahí decenas de miles de artículos, algunos muy deteriorados y susceptibles de explosionar en cualquier momento. También alertaron de la gran dificultad que ellos tendrían para acceder a los sótanos y combatir un eventual incendio.

Una empresa se está encargando de la retirada de los objetos, entre los que también hay abundante munición, discos compactos, televisores, catanas... En los juzgados también hay joyas. Pero éstas permanecerán guardadas en una cámara acorazada.

Desmantelar el primer sótano ha llevado casi dos meses. Eran miles de pruebas de delitos. Por ejemplo, en una riña con heridos de arma blanca las pruebas podían ser la ropa manchada de sangre de las víctimas, las armas empleadas... En definitiva, todo lo que luego sirve para el juicio y acredita la existencia del delito en el juicio.

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González Armengol indicó ayer que, durante las tareas de destrucción de las pruebas, la variedad de materiales inflamables ha provocado un accidente laboral: estalló una pequeña bombona e hirió levemente a un trabajador. Dos agentes de la Guardia Civil han supervisado los trabajos de esta empresa. Los agentes se han quedado con todas las armas, blancas o de fuego, para llevarlas al depósito oficial del instituto armado. El paso del tiempo y la ubicación, en un sótano con humedad y carentes de condiciones, ha hecho mella en muchas de las armas. Pero con ligeros arreglos, funcionan prácticamente todas.

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