Cámaras adolescentes
Diez institutos andaluces participan por primera vez en un concurso internacional de documentales
La sala de Plenos del Ayuntamiento de Puebla del Río (Sevilla) sirve de escenario a 20 alumnos de entre 15 y 16 años del instituto Alcaria, uno de los diez centros andaluces que compiten en el certamen de documentales Jóvenes Reporteros. Es la primera vez que colegios de la comunidad participan en este concurso.
Estos estudiantes utilizan las horas de la clase de Ética -con cuyo profesor preparan la película -, y los ratos libres para grabar las escenas de lo que será su primera cinta. "La cámara le puede a Mariano, no lo forcéis más. ¡Sonríe, que mañana es viernes!", apremia el profesor, Javier Ramírez, a uno de los tres chicos que conforman el equipo de rodaje.
Para estos adolescentes de Puebla del Río, la ciudadanía europea, una cuestión sobre la que antes no habían reflexionado en común, tiene ahora numerosos y nuevos significados. Es el tema sobre el que este año tienen que hacer sus trabajos los participantes del certamen. "Me gusta la idea de que en Europa, aunque seamos de distintos países, podamos sentirnos todos ciudadanos que compartimos los mismos derechos y que nos hemos comprometido a construir un futuro común", dice a la cámara Cristina, conteniendo una tímida sonrisa desde el sillón de la alcaldía.
Este concurso tiene para ellos un importante aliciente. La competición está escalonada en tres fases. En la primera, los alumnos andaluces se medirán con el resto de españoles para pasar a la segunda etapa, que se realiza a nivel europeo. Si de ésta salieran airosos, competirían con estudiantes de todo el mundo. La entrega de premios final tendrá lugar en Nueva York en el mes de junio, coincidiendo con la clausura del curso escolar.
La empresa organizadora de este evento, Panasonic, otorga a los colegios cámaras de vídeo y equipos de grabación y montaje. La idea, dicen los promotores, es "acercar las nuevas tecnologías a los jóvenes". Lo que aún no han dado a conocer es el premio final.
Para estos jóvenes, lo importante ha sido conocer más a fondo algunos temas como la violencia en la mujer y la inmigración. "Fue superinteresante el reportaje sobre las mujeres maltratadas. Hay que denunciar", opina Miriam, una de las presentadoras del documental. "Entendemos lo que hacen los extranjeros, aunque se vea mal. Si estuviéramos en su situación haríamos lo mismo. De hecho, los españoles fuimos inmigrantes una vez", continúa la joven.
La idea de la libertad
Para los 20 alumnos del equipo del instituto Pino Montano el concepto de ciudadano no se restringe a la sociedad libre. Los presidiarios también forman parte de la comunidad. "Hablamos sobre las normas a las que está sujeta la ciudadanía, las razones por las que se rompen y la necesidad de la reinserción", explica Victoria Roibas, la profesora de estos chicos.
Su documental cuenta una historia que acaba en la cárcel de Sevilla. Allí los jóvenes han visto de cerca la realidad de los presos. "Hablamos con ellos y vimos que son personas normales, no como las pintan en las películas", afirma Virginia, una de las reporteras.
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