EE UU permite, con restricciones, que Cuba juegue en Puerto Rico

Estados Unidos concederá finalmente los visados para que la selección cubana de béisbol pueda participar en el primer Clásico Mundial, auspiciado por las grandes Ligas norteamericanas y que se celebrará entre el 3 y el 20 de marzo en Puerto Rico, así como en Japón y en el propio país estadounidense. Esta decisión elimina cualquier posibilidad de boicoteo al torneo por parte de la Federación Internacional y ciertas federaciones nacionales y abre así el camino para que el equipo isleño, vigente campeón mundial y olímpico, pueda defender su prestigio.

La reacción de la Casa Blanca ha sentado muy mal al núcleo cubano-americano de Washington. Dos parlamentarios de Florida, el senador republicano Mel Martínez y su colega Lincoln Díaz-Balart, mostraron su total oposición al acuerdo que ha tomado el Departamento del Tesoro y lo calificaron de "lamentable y poco afortunado".

A pesar de que el Gobierno norteamericano ha advertido de que la concesión de visados no supone un cambio de rumbo respecto al bloqueo cubano, la Fundación Nacional Cubano-Americana, con sede en Miami, argumentó que la selección cubana es el mejor vehículo publicitario para el régimen de Fidel Castro. Además, esperan que tanto sus entrenadores como los peloteros pidan asilo político.

La Administración de George W. Bush se negó a dar detalles sobre las largas negociaciones que llevaron a cabo con la federación internacional y los organizadores del campeonato, pero se prevé que el dinero ganado por los cubanos no pase a las arcas castristas. El líder de la isla había ofrecido el pasado diciembre donar todas las ganancias a las victimas del huracán Katrina, en Luisiana, con tal de que Cuba pudiera participar en el torneo. Las donaciones irán a parar ahora directamente a los damnificados, sin pasar por La Habana.

Además, el Gobierno norteamericano se aseguró de que ningún miembro del de Castro ni ningún agente de seguridad acompaña al equipo. Hasta ahora, las selecciones cubanas siempre han viajado al exterior con su propio servicio de seguridad como medida contra la fuga de sus deportistas.