Poveda abre el festival Flamenco de Nueva York
El cantaor, que ha grabado un disco en catalán, participa en los 'diálogos' del Instituto Cervantes
"El flamenco duele. Aunque a mí me duele toda la música, todo lo que canto. Lo que ocurre es que el dolor se expresa muy bien a través del flamenco". Miguel Poveda inauguró anoche, en el Lincoln Center, el VI Festival de Flamenco de Nueva York. Más de 100 artistas actuarán en diversos teatros de la ciudad hasta el 19 de febrero, en lo que constituye uno de los mayores esfuerzos por promover el flamenco fuera de las fronteras españolas.
Poveda, de 33 años, ha tocado ya tres veces en Nueva York. "Y da un poco de miedo", explicaba el pasado lunes en el Instituto Cervantes de esta ciudad, donde intervino en el ciclo Diálogos flamencos. "Los americanos están acostumbrados a ver cantidad de espectáculos. No son expertos en flamenco pero su vista, su oído y su sensibilidad son muy agudos y eso impone" .
Su espíritu innovador le ha convertido en uno de los artistas más heterodoxos del panorama flamenco. Y en Nueva York ha vuelto a demostrarlo cantando, junto a su guitarrista habitual, Chicuelo, y al percusionista puertorriqueño Giovanni Hidalgo. Miguel Marín, organizador del festival, afirma: "Queremos que este festival sea también un punto de encuentro entre artistas españoles y americanos", y en ese sentido Poveda dice que sueña con que algún día "aparezca un gran artista flamenco que no sea español y todos nos quitemos el sombrero".
Siendo payo y catalán, este joven de Badalona tuvo que lidiar con el rechazo que algunos puristas flamencos sienten hacia quienes no son gitanos: "Sin duda me ha puesto el camino un poco más difícil pero no puedo decir que me hayan hecho daño. Hay gente que prefiere escuchar gitano y otros que simplemente escuchan con los oídos y no te piden el pasaporte". En el Festival de Cante de las Minas, en 1993, se le abrieron todas las puertas y con apenas 20 años conseguía cuatro premios. Desde entonces su espíritu inquieto no sólo le ha llevado a intentar recuperar muchos cantes tradicionales sino a experimentar con el teatro de Calixto Bieito, con la música paquistaní, con Santiago Auserón, con Martirio y, recientemente, con la lengua catalana. Su disco Desglaç es una selección de poemas de autores catalanes como Joan Brossa y Enric Casasses. "Es un proyecto antiguo, al que me incitó Enrique Morente, que siempre me decía que siendo catalán debía de grabar un disco en esa lengua. Lo que ocurre es que yo antes le cantaba al amor, a la madre, pero vas creciendo y ves un mundo que no te gusta y que te gustaría cambiar. Por eso escogí poesías que hablan de intolerancia e injusticias".
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