La Generalitat niega que la filtración del examen de evaluación afecte a la validez de los resultados

La Consejería de Educación considera que la filtración del examen de evaluación de conocimientos, que ayer realizaron 41.818 alumnos de tercero de Primaria, no cuestiona la validez de sus resultados, que se presentarán en marzo. EL PAÍS tuvo acceso a la prueba y publicó ayer algunas de sus preguntas. La consejería someterá en los próximos días al mismo ejercicio a 512 estudiantes que no pudieron examinarse. La comunidad escolar y los partidos de la oposición opinaron que el proceso de evaluación no ha sido "serio", lo que pondría en duda su utilidad.

El secretario autonómico de Educación, Máximo Caturla, criticó la "irresponsabilidad" y la "falta de profesionalidad" de la fuente de la filtración del examen, anunció una investigación para aclarar su origen y adelantó que se tomarán medidas disciplinarias. Todo ello no impidió que Caturla calificara de "éxito" el desarrollo de la prueba.

Según los datos de la consejería, sólo 40 alumnos evitaron voluntariamente la prueba por decisión de sus padres. Las "incidencias menores", como festividades locales y "excursiones" afectaron, por otra parte, al "1,21%" del total de 42.380 estudiantes de tercero de Primaria llamados a participar. Esos 512 chavales se examinarán en los próximos días con la misma prueba realizada ayer. Caturla tampoco cree que ese lapso de tiempo afecte a la credibilidad de la evaluación.

De los 40 alumnos que no se habrían examinado voluntariamente, 32 pertenecen al colegio público Cervantes, de Buñol. Sus padres decidieron no llevarlos a clase tras comprobar que el inspector de educación había acudido al centro para asegurar el cumplimiento del ejercicio. "Al comprobar que los profesores no se podían negar a hacer la prueba, decidimos que nuestros hijos no la hiciesen", aseguró la presidenta de la asociación de padres, Cristina Blasco.

Carmen García, madre de un alumno, afirmó: "El inspector nos ha dicho que esa prueba es para mejorar el sistema educativo pero eso es algo muy amplio, en una misma clase hay diferentes niveles y todos los centros ni son iguales ni tienen las mismas necesidades. Este centro tiene muchos alumnos con adaptación curricular e inmigrantes, y no se puede calificar a todos por igual".

En un principio sólo tres alumnos se presentaron en clase, y dos de ellos fueron recogidos por sus madres, finalmente el inspector extendió un acta donde aducía que no se podía realizar el examen porque "no existían las condiciones necesarias".

El secretario autonómico ofreció una versión distinta de los hechos, según la cual, un grupo de padres contrarios a la prueba se concentró a las puertas del colegio para "boicotear" el examen, lo que consideró "antidemocrático".

Las críticas al sistema de evaluación, expresadas en los últimos días por la comunidad escolar, continuaron ayer. Josefa Sánchez, presidenta de la Confederación de padres Gonzalo Anaya, mayoritaria, la tildó de "burla", y pronosticó: "Igual que se ha filtrado el examen de hoy a la prensa, sucederá lo mismo con los resultados".

Sánchez recordó que el año pasado el Gobierno de la Comunidad de Madrid acabó haciendo público un listado con la calificación obtenida por los centros, después de que los resultados fueran filtrados parcialmente. El consejero de Educación madrileño, Luis Peral, del PP, había asegurado antes del examen que tal lista no se daría a conocer.

El portavoz de Educación del PSPV, Miguel Soler, opinó que la consejería "está jugando con la credibilidad de las instituciones educativas", dado que el procedimiento utilizado "no ha cumplido ninguno de los requisitos necesarios para ser fiables".

Los sindicatos de enseñanza STEPV y CC OO coincidieron en considerar que el examen ha estado marcado por la falta de "seriedad" y lo tildaron de "propagandístico". La Federació Escola Valenciana, por su parte, pidió que los resultados no se utilicen para "desprestigiar a la escuela pública".