La venta de vehículos agrícolas cayó un 26,2% durante el último año

La venta de vehículos agrícolas descendió un 26,2% durante el último año en Andalucía, una caída que las organizaciones agrarias achacan al descenso del poder adquisitivo de los agricultores como consecuencia de las heladas, la sequía y el incremento del precio del gasóleo, entre otros factores. El descenso guarda relación también con el retroceso de la renta agraria, que cayó un 10% el último año, aunque las perspectivas son aún más pesimistas para 2006.

En Jaén, por ejemplo, la Consejería de Agricultura ha vaticinado un descenso de la renta agraria de un 23%. Según los datos de la Federación de Empresarios del Metal, el número de vehículos agrícolas vendidos en la comunidad andaluza durante 2005 fue de 3.381, lo que supone un retroceso del 26,26% respecto al año anterior (4.585).

Ese descenso casi duplica el que se produjo a nivel nacional, del 14,59%. Con todo, la caída de ventas se hace más acusada en las provincias con mayor influencia de la agricultura en su renta, como es el caso de Jaén, donde el año pasado se compraron un 39,27% menos de vehículos agrícolas.

Para el gerente provincial de Asaja en Jaén, Luis Carlos Valero, estos datos "son sólo una pequeña muestra de la crisis del sector agrario". Habitualmente, las ventas de vehículos agrícolas (tractores, fundamentalmente) se suelen concentrar en los últimos meses del año, cuando los agricultores se preparan para las principales recolecciones agrarias. Sin embargo, sólo en la provincia de Jaén el descenso en las ventas desde septiembre a diciembre fue del 60%.

A ese retroceso hay que unir también el experimentado por los vehículos todoterreno, cuyos principales usuarios suelen ser los agricultores. En este caso, las ventas cayeron en Jaén un 9,27%, aunque en el conjunto de Andalucía crecieron un 12,65% y en España lo hicieron un 22,78%.

Las heladas y la sequía

Asaja relaciona este importante descenso en la venta de vehículos agrícolas con la pérdida de poder adquisitivo de los agricultores en el último año como consecuencia de la situación climática adversa y los efectos de las heladas y la sequía, a lo que hay que unir la creciente subida de los precios del gasóleo, cuyo precio se ha duplicado en dos años.

La organización agraria advierte, no obstante, de que será este año 2006 cuando se notarán con mayor virulencia las consecuencias de la crisis del sector agrario, en especial en las zonas que dependen del monocultivo del olivar.

"Por si fuera poco, nos enfrentamos a reformas de la Política Agraria Común (PAC), como la OCM del aceite, el algodón o la remolacha, que mermarán los principales cultivos, a lo que hay que unir el descenso de los presupuestos europeos", sostiene Luis Carlos Valero, de Asaja-Jaén.