El Gobierno vasco pide que no se use el "ruido de sables" contra los nacionalistas

La portavoz del Gobierno vasco, Miren Azkarate, pidió ayer, en su comparecencia al término de la reunión del Ejecutivo autonómico, que "no se utilice el ruido de sables para no respetar la expresión democrática de naciones como la catalana o la vasca". Azkarate calificó de "arengas golpistas" las palabras del teniente general José María Mena, pero aseguró que el problema no es este militar ni "quienes le jalean", sino los políticos como los socialistas José Bono, Alfonso Guerra y Juan Carlos Rodríguez Ibarra o los populares Ángel Acebes y Eduardo Zaplana, y quienes "no aceptan las decisiones democráticas del Parlamento catalán, como no aceptaron la que tomó el Parlamento vasco", en referencia al rechazo en el Congreso al plan Ibarretxe.

El portavoz del PNV en la Cámara vasca, Joseba Egibar, sugirió al Gobierno que suprima el artículo 8.1 de la Constitución, como ya han pedido dirigentes de Esquerra Republicana, que atribuye a las fuerzas armadas la misión de garantizar la independencia de España y de defender su integridad territorial y el orden constitucional.

El grupo parlamentario de Ezker Batua (EB), por su parte, registró una iniciativa en esa línea. Si resulta aprobada, el Parlamento vasco instará al Gobierno a incluir la supresión de ese artículo entre las reformas constitucionales que tiene previsto efectuar. El portavoz de EB, Oscar Matute, calificó ese artículo de la Constitución de "amenaza para la democracia" y anunció que hará llegar su propuesta a IU para que estudie su traslado al Congreso de los Diputados.

"¿Tenía razón Tejero?"

El presidente de la Junta de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, también se refirió ayer a las declaraciones de Mena y se preguntó: "¿También Tejero tenía razones para dar un golpe de Estado el 23-F del año 81, cuando, por cierto, también la AP de entonces decía que España se iba a romper?".

Ibarra cargó contra los líderes del PP, a los que situó en la "extrema derecha" y entre los que citó a Zaplana, Acebes, Mariano Rajoy y José María Aznar, a los que el socialista ve muy alejados de su base social, puesto que los ciudadanos de derechas que él conoce "son gente mucho más sensata que no están en la crispación permanente".

Y atribuyó a esos líderes del PP la responsabilidad de que sea imposible un acuerdo entre el Gobierno y el primer partido de la oposición en cuestiones políticas de profundo calado, como la reforma del modelo territorial.