Se eleva a 76 el número de muertos en el derrumbe de La Meca

Los trabajos de desescombro del hotel que el jueves se desplomó en La Meca empiezan a revelar la gravedad del suceso. El número de muertos se eleva a 76 y fuentes del Ministerio del Interior de Arabia Saudí aseguran que aún permanecen personas bajo los cascotes, la mayoría fieles que efectuaban su peregrinaje anual a La Meca, la Haj, que rememora la huida de Mahoma y es un los pilares de la fe musulmana.

El hotel Al Ghaza era un modesto edificio de cinco plantas situado cerca de la Gran Mezquita de Bab al Salam y que fue construido hace tres décadas. Un ciudadano francés reveló el jueves que todo comenzó con un incendio y que cuando un helicóptero arrojó agua sobre el edificio éste se desplomó. La tragedia sucede poco antes del inicio oficial de la peregrinación que cada musulmán debe realizar al menos una vez en su vida. El domingo se esperan más de 2,5 millones de fieles procedentes de todo en mundo. En los últimos años se han producido diversos accidentes, alguno muy grave, como la estampida que en 1990 causó la muerte de 1.426 personas.

Las autoridades saudíes, cuyo monarca, Abdalá, es el custodio de los santos lugares del islam (La Meca y Medina), se han concentrado en 2006 en tres objetivos prioritarios: evitar las estampidas, impedir un ataque terrorista (más de 60.000 soldados y policías están encargados de la seguridad) y proteger la salud de los peregrinos de la difusión de un virus.

Los peregrinos que comienzan a llegar a La Meca no piensan en fatalidades y efectúan sus ritos con normalidad. "Si cualquier cosa sucede, será el deseo de Alá, sea la gripe aviar o un edificio que se derrumba", asegura a Reuters Abdel-Hakim, un nigeriano de 23 años.

Las autoridades no se toman a la ligera el asunto del virus H5N1, que desde 2003 ha causado la muerte de al menos 70 personas en todo el mundo. Muchos de los peregrinos proceden de países en los se han producido fallecimientos en los últimos días, como es el caso de Turquía. Arabia Saudí ha gastado más de seis millones y medio de euros en Tamiflu, la medicina que alivia los primeros síntomas de la gripe aviar.