Crímenes con fervor religioso
Una niñera selecta, Angel, para hijos de millonarios suramericanos y herederos de monarquías derrocadas en el oriente de Europa, compra un congelador "para aprovechar todas las ofertas" del supermercado, y lo llena de carne de niño. Estamos en Londres. El enviado de Papá Noel se lleva a la hija de un policía y una coadjutora de la Iglesia anglicana, Michael y Sally, ahora padres anonadados por el dolor y la culpa, trabajadores que no han podido ocuparse adecuadamente de su niña de cuatro años. La más herida es la mujer, extraviada en su vocación sacerdotal, ni madre ni amante ni esposa perfecta. La comida se quema, la niña desaparece. Y este remordimiento favorece la identificación de lectores y lectoras padres con los personajes del novelista Andrew Taylor.
LAS CUATRO ÚLTIMAS COSAS. LA TRILOGÍA DE ROTH
Andrew Taylor
Traducción de R. Vilagrassa
Edhasa. Barcelona, 2005
382 páginas. 22 euros
Las cuatro últimas cosas, traducción literal de The fourth last things (1997), son en español las postrimerías o novísimos, lo que, según la teología católica, nos espera al final: muerte, juicio, infierno y gloria, las verdades eternas. Taylor cultiva el crimen de fervor religioso. Una vieja maldice en la iglesia a la diácono Sally, "Dios os maldiga a ti y a los tuyos", y sucede el rapto de la pequeña Lucy. La crueldad inexplicable descubre entonces la cara de un Dios indiferente y ausente. Se quiebra el matrimonio eclesial-policial, se pierde la fe. La maldición transforma el mundo, sin gracia, en pavoroso bosque. Y las señales para orientarse en el nuevo laberinto son una mano cortada sobre una tumba, unas piernas en la iglesia de San Miguel, una oreja en un jardín llamado Paraíso: muerte, juicio y gloria. Queda el infierno, el lugar de Lucy.
No conducen estos signos a
la solución del crimen. Son argucias para mantener en tensión, suspendido entre el pasado y el futuro, el momento culminante: el descuartizamiento probable de la niña prisionera en casa de Angel, la niñera, y su auxiliar, pobre hijo monstruoso de un agente de seguros filántropo y pedófilo. Eddie fue profesor de secundaria, sexualmente maltratado por sus alumnas, expulsado de las piscinas por su afición a las niñas, y ahora ejerce de mensajero de Papá Noel, y de Angel, la psicópata anglocatólica en su matadero maternal. Eddie es el héroe de la novela, primera de la Roth Trilogy: Requiem for an Angel, una larga historia de párrocos, mujeres, niños y poetas, desde el final de los años cincuenta hasta los días de la diácono Sally. Son asuntos de familia, con sótanos, desvanes, álbumes de fotos y devocionarios heredados, esos cuentos que ayudan a pasar placenteramente noches pavorosas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.