Tensión en Arganzuela
Cuando en un distrito a los vecinos que defienden sus casas del Circo Estable, sus árboles en el parque de Tierno Galván y Arganzuela, su salud porque les quieren poner chimeneas de 20 metros, su seguridad ante el incremento del tráfico, en lugar de escucharles y darles soluciones, la concejal Eva Durán, les insulta, amenaza e intimida, es que algo no funciona bien, señor alcalde.
La realidad es que Gallardón y su concejal del No-Do, Eva Durán, han convertido Arganzuela en un distrito destrozado por las obras, donde además la democracia está secuestrada en junta. ¿Por qué? Porque se confunde gobernar con mandar; porque se confunde el voto del ciudadano con ser dueño de la ciudad; porque frente a tantos problemas generados por el Ayuntamiento, la concejal no escucha, no dialoga, pone la mordaza a los vecinos, se enfrenta a ellos, les insulta e impide hablar y hasta les amenaza, sólo porque no opinan como ella, sólo por que defienden a sus familias y a su entorno.
Una ciudad moderna, vanguardista y llena de oportunidades, como es Madrid, no se merece distritos en blanco y negro, porque mientras reina el autoritarismo de la concejal y el secuestro de la palabra, no se ocupan de mejorar la calidad de vida de los vecinos. Es necesario que el gobierno municipal se ocupe de Arganzuela, un distrito donde, además del castigo de las obras de la M-30, hay: "Serios problemas ambientales de congestión, contaminación atmosférica y acústica, déficit de guarderías infantiles y de equipamientos de bienestar social, especialmente residencias de mayores y guarderías, insuficiente construcción de vivienda protegida, elevada tasa de temporalidad, incremento de las desigualdades sociales, riesgo de brotes de racismo y xenofobia y éxodo masivo de la población joven".
Por cierto, ni Durán ni Gallardón creen que los que protestan son los vecinos. Les invito al próximo pleno del distrito para que puedan oír su angustia.- Óscar Iglesias, portavoz adjunto del Grupo Municipal Socialista en Madrid y concejal en Arganzuela.
Yo sí estuve en el pleno de Arganzuela y le puedo jurar que en ningún momento vi ningún manotazo por parte de la concejal Eva Durán a ningún vecino. Bien es cierto que a nadie le gustan las obras y menos si son en la puerta de su casa, pero a largo plazo son necesarias y buenas. A esto sí hay derecho, que es de lo que principalmente dicen quejarse. A lo que no hay derecho es a que desde hace unos cuatro meses un grupo de energúmenos se haya nombrado a ellos mismos representantes del distrito e irrumpan en los plenos a voz en grito perdiendo el respeto y sin dejar hablar a quien tiene la palabra. Para colmo se les ha unido la ex vocal de IU.
El tipo de actos que realizan este grupo de "no-demócratas" llega hasta el punto de tirar cubos de basura y ensuciar a los que sí escuchamos y acudimos a los plenos.
Con esta carta pretendo informarle de los verdaderos hechos, instarle a que usted lo compruebe por sí mismo y recordarle que cualquier medio de comunicación si quiere ser respetado y creíble debe contrastar los hechos y verificar las informaciones y las fuentes.
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