Pocas esperanzas
Las estadísticas indican que los pacientes que sufren un infarto cerebral leve, como el que padeció Sharon el 18 de diciembre, tienen un 40% de posibilidades de tener un ataque fuerte en un plazo de cinco años y que en el 30% de los casos, el segundo ataque provoca daños permanentes en las funciones motoras y en el habla.
La enfermedad de Ariel Sharon, que es la tercera causa de mortalidad en los países desarrollados, se da sobre todo en pacientes hipertensos y con alto índice de azúcar en sangre. Sharon tenía un sobrepeso de 60 kilos y un defecto congénito en el corazón. "Una operación de 10 horas demuestra que la intervención fue craneal y no vía catéter y por tanto el daño cerebral debe de ser muy extenso. Las próximas 48 horas son decisivas", asegura el doctor Javier de la Torre.