La negociación para la cesión del castillo de Montjuïc a la ciudad lleva nueve meses paralizada
La mesa que debate el traspaso de la instalación militar se reunió por última vez en abril
Ni una reunión, ni una convocatoria, ni siquiera conversaciones. Hace más de nueve meses que las negociaciones entre el Ministerio de Defensa y el Ayuntamiento de Barcelona para la cesión plena del uso del castillo de Montjuïc a la ciudad están paralizadas. El pasado mes de abril, los negociadores de Defensa plantearon tres condiciones que no fueron aceptadas por la ciudad, sobre todo aquella que señalaba que en lo alto del castillo debería ondear la bandera española, un deseo expreso del titular de esa cartera, José Bono. Desde entonces no se han reanudado las conversaciones.
Lo que se estaba negociando era un convenio para redactar la nueva ley que derogue la vigente, de 1960, y el reglamento que la desarrolló. Ese reglamento fue el que condicionó los usos del castillo. El principal, un museo militar que recogiera "la aportación de Cataluña a gloriosas efemérides de carácter nacional", según indica el artículo 1 del citado reglamento.
La ley, rubricada por el dictador Francisco Franco, creaba un patronato, que ha llegado hasta hoy, presidido por el capitán general de Cataluña y cuyo vicepresidente es el alcalde de Barcelona. Ello supone en la práctica que la ciudad no puede decidir libremente sobre la fortaleza porque para ello es necesaria la cesión también de su uso. En definitiva, que la cesión tiene que ser plena. Esa fue la promesa que lanzó el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en un acto electoral en junio de 2004, en la campaña de las elecciones al Parlamento Europeo. Propuso, además, que el actual museo militar se transformara en una exposición sobre la paz. Una iniciativa que contó con el respaldo del alcalde, Joan Clos.
Para aplicar ese compromiso se celebraron unas siete reuniones entre representantes de Defensa y del consistorio. "Todo daba a entender que las negociaciones progresaban en la línea de la cesión plena", recuerda un responsable del consistorio buen conocedor de las reuniones, hasta que el ministro de Defensa, José Bono, y altos mandos del ministerio sugirieron que la bandera española debía seguir ondeando en lo alto del castillo. Eso se produjo en diciembre de 2004, en una reunión de Bono con el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, en la que se avanzó, por ejemplo, que las colecciones de armas y otros objetos militares que exhibe el Museo Militar se trasladarían al cuartel del Bruc.
A partir de ese momento, las cuestiones que estaban sobre la mesa se modificaron y los representantes de Defensa plantearon sus tres condiciones. Una era que el articulado de la nueva ley precise que en lo alto del castillo ondee la bandera española; otra, que se mantenga la unidad militar de transmisiones situada a un lado de la fortaleza, y la tercera, que se creara un patronato entre el Ayuntamiento de Barcelona y Defensa que estaría presidido por el alcalde de la ciudad, pero en el que se tomarían las decisiones de forma pactada, precisaron fuentes de Defensa.
Los responsables del consistorio encargados de las negociaciones no aceptaron esas condiciones y recordaron que el compromiso de Rodríguez Zapatero era la cesión plena, sin condiciones. El tripartito municipal, especialmente Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya, y también Convergència i Unió (CiU) defendieron, además, que era absurdo hablar de banderas en un equipamiento municipal. El Partido Popular, en cambio, defendió que estuviera la bandera española -y las otras- y la conservación del patronato.
Debido a la polémica desatada, el consistorio optó por esperar un nuevo planteamiento por parte de Defensa. "Es a ellos a quienes corresponde poner los medios para hacer efectiva la promesa del presidente del Gobierno", precisó a preguntas de este diario el concejal de Cultura, Ferran Mascarell, y representante del consistorio en el proceso de negociación. En cuanto a la postura de Defensa, este diario no ha obtenido respuesta a sus reiteradas peticiones para conocer la versión del ministerio.
De momento, el único cambio que se ha producido en la fortaleza militar es que los mástiles de las banderas se han retirado hacia el interior para evitar incidentes como el ocurrido hace unos meses cuando se arrió la enseña española y se colocó en su lugar una bandera pirata.
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