Hacia la madurez musical
La Joven Orquesta de Euskal Herria inicia el lunes en el Principal de Vitoria su gira invernal de conciertos
Joachim Harder, profesor de dirección de orquesta en la Escuela Superior de Música de Detmold (Alemania) desde 1991, ha trabajado en distintos momentos de su trayectoria con orquestas profesionales, lo mismo como titular que como director invitado. Pero ha acabado por consolidar su trayectoria en el terreno de las jóvenes formaciones musicales. "Es una labor que da grandes satisfacciones porque las ves mejorar día a día. Crecen más en una semana que las profesionales que tienen ya un nivel", explica en castellano. Lo ha experimentado estas navidades, en el Complejo Educativo de Eibar, con la Joven Orquesta de Euskal Herria (EGO), que iniciará el lunes en el Principal de Vitoria su gira invernal de conciertos.
"A todos los que están aquí se les presupone un talento", afirma su director, Joachim Harder
Los 80 integrantes de esta formación, de entre 14 y 22 años, se reúnen cada año en torno a las vacaciones de verano y de invierno en distintos puntos de la geografía vasca para ir adquiriendo experiencia en el ámbito orquestal y de la música de cámara. El procedimiento siempre es el mismo. Primero estudian en casa las partituras seleccionadas por su director titular, Juan José Ocón, y el invitado, en este caso Harder, para llegar al encuentro con la lección aprendida. Luego, se dividen en grupos instrumentales para depurar su técnica con profesores de prestigio -este año, por ejemplo, el violinista de la Orquesta del Teatro del Liceo, Kai Gleusten; el viola de la Scala de Milán Paul Cortese o el violonchelista de la Sinfónica de Galicia, George Tanasescu-. Sólo después, una vez dominado el repertorio, se ponen todos en manos de Harder para coordinar, matizar su interpretación y tratar de hacer brillar las partituras.
La Joven Orquesta ha preparado en esta ocasión un repertorio eminentemente clásico que abordará el lunes en el Principal de Vitoria, el martes en el polideportivo de Sestao, el miércoles en el de Idiazabal, el jueves en el Euskalduna de Bilbao y el viernes en el Kursaal donostiarra.
"Comenzaremos con Danzas de Marosszek, de Zoltan Kodaly", explica Harder. "Es una obra muy folclórica, de mucho temperamento húngaro. Su compositor [colaborador de Béla Bartók] viajó hasta los últimos rincones de su país, puso a cantar a los abuelos, escribió a partir de ahí sus melodías" y contribuyó a crear la etnomúsica.
La segunda propuesta del programa -que incluye también la Sinfonía número 6, de Beethoven- reivindica el papel de un instrumento que adquirió gran reputación entre los grandes compositores en el siglo XIX, a partir de Brahms y Mozart. La obra se titula Concierto para clarinete y orquesta y la escribió el norteamericano Aaron Copland por encargo de Benny Goodman. "La primera parte es más romántica, pero la segunda está muy inspirada en el jazz y el blues", cuenta Álvaro Iborra (Tafalla, Navarra, 1981). El músico, miembro de la EGO desde hace dos, actuará como solista en esta gira tras ganar una audición en la que participaron otros 29 aspirantes. "Para mí fue una sorpresa y ahora supone todo un reto", confiesa. Iborra acabó sus estudios superiores el año pasado y ahora estudia en Karlsruhf (Alemania).
Es uno de los integrantes de la orquesta que tiene claro que va a entregar su vida a la música. ¿Quiénes destacarán? "Es difícil hacer ese tipo de predicción", apunta Harder, "pero a todos los que están aquí se les presupone un talento". Tampoco les falta, concluye, "el entusiasmo y la entrega que a veces no encuentras en las orquestas profesionales".
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