PSOE y PP presentan decenas de enmiendas que desactivan el Estatuto

Los grupos socialista y popular presentaron ayer en el Congreso de los Diputados decenas de enmiendas a la propuesta de reforma del Estatuto de Cataluña que de salir aprobadas vaciarían de contenido las partes principales de la norma remitida desde el Parlamento catalán. El PP y el PSOE rechazan el término nación para definir a Cataluña por considerar que no es compatible con la Constitución, y proponen suprimir o reformar en profundidad el capítulo de financiación, el que se refiere al Poder Judicial, el listado de competencias exclusivas y los artículos que regulan relaciones bilaterales entre Cataluña y el Estado.

En muchos casos la justificación que populares y socialistas ofrecen para explicar sus enmiendas coincide en lo fundamental. También coinciden en suprimir los aspectos principales que aprobó el Parlamento catalán para ampliar la capacidad de autogobierno y el poder competencial de la Generalitat de Cataluña.

En el Congreso de los Diputados ha empezado a contar el plazo para que esas enmiendas sean debatidas y votadas. A finales de marzo de 2006 concluirán los trabajos de la Comisión Constitucional, que deberá elevar un texto para que el pleno lo apruebe por mayoría absoluta, salvo que los partidos catalanes que presentan la reforma estatutaria decidan retirarla ante los numerosos recortes que, a juzgar por las enmiendas presentadas, puede sufrir. Mientras tanto, la negociación del Gobierno central con los partidos catalanes continuó ayer en Barcelona.

En los últimos días no se ha registrado ningún avance notorio en las conversaciones que ambas partes mantienen sobre el articulado. Los partidos catalanes esperan conocer hoy la nueva propuesta sobre financiación autonómica que ha elaborado el vicepresidente Pedro Solbes y que pretende mejorar los recursos de las comunidades mediante un aumento del tramo de IRPF cedido y una mayor autonomía fiscal.

En las declaraciones públicas, ningún dirigente del Gobierno, del PSOE o de los partidos catalanes arroja la toalla, y todos mantienen, de momento, su confianza en un próximo acuerdo.