"Lo peor es contar un chiste sin gracia"
Las películas tienen que convertirse en acontecimientos para hacer taquilla". Lo cuenta por propia experiencia Emilio Martínez-Lázaro (Madrid, 1945), realizador de Los 2 lados de la cama, una comedia de enredos en clave musical. Su esperado nuevo trabajo se estrenó el pasado miércoles con una distribución más que notable: 380 copias, lo que no deja de ser un hecho importante para una película española. Un reclamo de tal calibre para la taquilla tiene que ver con el hecho de que se trate de la segunda parte de Al otro lado de la cama, uno de los filmes más taquilleros de 2002, con cerca de tres millones de espectadores y 13 millones de euros de recaudación.
"Antes de ponernos a rodar la segunda parte pesó la responsabilidad de las cifras, pero el equipo confiaba en conseguir un buen producto", asegura el director en el salón de su casa madrileña. Pese a la incógnita que pesa sobre cualquier filme nuevo en la cartelera, Martínez-Lázaro confía en que en este caso funcione lo que él describe como el efecto llamada.
"Antes de ponernos a rodar la segunda parte pesó la responsabilidad de las cifras, pero el equipo confiaba en conseguir un buen producto"
"Son un grupo de actores capaces de inventar situaciones y que, si se les pincha un poco, pueden crear escenas nuevas"
Han transcurrido tres años en la vida de los protagonistas y parecía que habían empezado a sentar la cabeza. Javi (Ernesto Alterio) se casaba con Marta (Verónica Sánchez); Pedro (Willie Toledo) se ha comprometido con Raquel (Lucía Jiménez) y Rafa (Alberto San Juan) y Pilar (María Esteve) parecen hechos el uno para el otro, sin embargo el enredo no ha hecho más que empezar. "¿Pero qué les pasa a las mujeres?", se pregunta desconcertado uno de los protagonistas de Los 2 lados de la cama cuando su novia le da calabazas de boda. "Tranquilo", le sugiere su mejor amigo, que también ha sido plantado: "¡Esto es vida!, no vamos a parar de follar...".
Salvo Natalia Verbeke y Paz Vega, que tenían compromisos ineludibles, repite el mismo equipo del filme anterior -"todos hablamos en el mismo registro"- , incluido el guionista David Serrano. La mayor parte de los actores, antiguos alumnos de Cristina Rota y miembros de la compañía teatral Animalario y Caracalva, se conocen "como hermanos" y son "intérpretes de mucho talento". Tanto el director como el guionista y los actores son multidisciplinares en el mundo del cine, lo que parece, en palabras de su director, haber beneficiado al rodaje: "Ha habido improvisación a la hora de ensayar algunas escenas en el rodaje. Se trata de un grupo de actores capaces de inventar situaciones y a los que si se les pincha un poco son capaces de crear escenas nuevas. Es uno de los efectos de ese humor que viene dado por la química entre actores", añade.
Una vez más la música vuelve a jugar un papel importante en esta secuela. Temas muy conocidos de Alaska, Pablo Abraira, Los Ronaldos o José Luis Perales, interpretados por los actores, forman parte del guión. Quizá una de las mejores escenas del filme sea en la que Alberto San Juan interpreta Gavilán o paloma, el indiscutible éxito de los setenta. Su papel, el de un necio con una verborrea impresionante, gana también fuerza en esta segunda parte gracias a que consigue "hacer de la farsa un arte serio".
Acostumbrado a cambiar de género, el realizador de filmes como Amo tu cama rica, Las palabras de Max o Los peores años de nuestra vida, califica la comedia como un reto, con una dificultad añadida. "El equilibrio entre el grado de humor y de comicidad es complicado. No hay que pasarse ni quedarse corto. Tiendes a pensar que lo que te hace gracia a ti también le tiene que gustar a otro, pero no siempre funciona. Lo más terrible es contar un chiste y que no se ría nadie". Para ilustrar sus palabras, Martínez-Lázaro recurre al ejemplo del rodaje de una de las escenas de Al otro lado de la cama que más le preocupaban, en la que Alterio y Toledo juegan al tenis y acaban a raquetazo limpio acuciados por los celos. "Con un drama es más difícil de pillar un fallo; si no llegas dicen que has estado sobrio y si te pasas, que te has mostrado desgarrador", concluye.
Mientras se apagan las luces en la sala y los espectadores se quedan con la última palabra sobre este nuevo trabajo, Martínez- Lázaro ya piensa en su próxima película, inspirada en la posguerra española y en el fusilamiento de las jóvenes a las que popularmente se conoce como "las 13 rosas". Se trata de un proyecto histórico en el que se verá enfrentado a "la limitación que produce tener que basarse en hechos y personajes reales". "Sus muertes fueron una represalia por un atentado, pero a través de ellas me gustaría reflejar la inocencia absoluta de estas muchachas, una de la cuales pidió después de comulgar y antes de ser fusilada que su nombre no se borrara de la historia". La investigación previa a la escritura del guión, sobre el que ya trabaja Ignacio Martínez de Pisón, ya ha concluido y en la cabeza del realizador bailan los primeros nombres de actrices para el casting, pero parte de la fuerza de los personajes retratados por Martínez-Lázaro será la de mostrar el miedo que se palpaba en el Madrid de esos días frente a la valentía de unas heroínas anónimas.
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