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Barberá recalifica el solar del nuevo campo para que el Valencia tenga estadio y zona comercial

El club será titular del terreno cuando compense con parcelas equivalentes al Ayuntamiento

El Valencia Club de Fútbol ha conseguido que el Ayuntamiento recalifique el solar en la avenida de las Cortes Valencianas donde se ubicará el nuevo estadio. De parcela de servicio público deportivo pasará a zona terciaria, lo que permirá albergar todo tipo de negocios hosteleros, oficinas y comercios. Según el convenio de permuta firmado ayer, la titularidad no será del club hasta que no compense al Ayuntamiento con una "superficie equivalente" a los 70.000 metros cuadrados de la parcela y el consistorio podrá disponer del recinto para celebrar acontecimientos. El portavoz socialista, Rafael Rubio, dijo que el acuerdo está dirigido "no a construir un estadio, sino a recalificar una parcela".

"Damos un solar municipal sin saber qué recibiremos", apunta Rafael Rubio
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Otra pieza de un puzzle redondo

El convenio de permuta fija las condiciones por las que el Valencia se hará con la titularidad del solar municipal de la avenida de las Cortes Valencianas, donde se edificará el futuro estadio, previsto para 2009, a cambio de terrenos aún por determinar equivalentes a esta parcela.

Uno de los aspectos que más han llamado la atención del portavoz socialista del Ayuntamiento, Rafael Rubio, es el cambio de calificación del solar. De suelo público deportivo ha pasado a terciario, es decir, destinado a albergar cines, oficinas, hoteles, restaurante y todo tipo de actividad comercial, lo que dispara el valor del solar, como apunta Rubio. La justificación del cambio es, según plasma el convenio "el insuperable inconveniente" que tendría que el uso del suelo fuera "exclusivo y excluyente" por parte del Valencia, algo "difícilmente compatible con la vocación de uso público" del sistema general de la catalogación de servicio público deportivo. Además, "recurrir a sofisticadas fórmulas jurídicas para compatibilizar esta difícil concordancia de los intereses públicos y privados sería un planteamiento insincero" y "disuasorio para la gran inversión que se precisa por los riesgos jurídicos que comportaría". Por ello, se opta por la aparente contradicción de recalificar los solares donde se ubicará el estadio y cambiar el aprovechamiento deportivo público por el terciario.

Rafael Rubio se agarra a este cambio para apuntar que el convenio no está dirigido a construir un estadio, sino "a recalificar una parcela" como uso terciario. "Nosotros apoyamos al Valencia como entidad deportiva, pero el convenio es con la sociedad anónima", apuntó el portavoz socialista. Y la sociedad sale ganando: "Lo que vale dinero no es el estadio, sino la recalificación", ya que si se va el estadio en un futuro, el nuevo uso se mantiene. "Felicitamos a Soler por haber defendido perfectamente sus intereses, otra cosa es cómo quedan los de los valencianos", apuntó.

El nuevo recinto se situará en una superficie de 85.000 metros cuadrados. 15.000 se destinarán a un pabellón multiusos cuya construcción correrá a cargo del Ayuntamiento. Los 70.000 restantes -de unos 82.000 metros de edificabilidad- son los que el Valencia tendrá que compensar. El acuerdo permite al Valencia que comience las obras, pero la titularidad no será del club hasta que se ejecute la permuta por unos terrenos "que deberán ser adquiridos por el Valencia Club de Fútbol". Ello permitirá a la ciudad "el mantenimiento de, al menos, la misma superficie dotacional (...) si bien fraccionada en diversas parcelas", lo que, sostiene el convenio, "permitirá que puedan acceder a su utilización un mayor número de ciudadanos", apunta el texto.

Esta compensación se hará con "suelo dotacional público de valor urbanístico equivalente". El acuerdo prevé que, antes de que se haga efectiva la permuta, tres "entidades de reconocido prestigio" designados por las dos partes, emitan "informes de valoración de los bienes a permutar para garantizar la obligada equivalencia de valores".

Rubio censuró la falta de detalle en el proceso. "Damos algo [en alusión al terreno municipal] y no sabemos lo que vamos a recibir", ya que, apuntó, lo único establecido es que el Valencia cederá unas parcelas al Ayuntamiento que estarán destinadas a uso deportivo pero no sabe ni dónde ni cuando las entregará.

Por su parte, para la alcaldesa, Rita Barberá, la principal beneficiada del convenio es la ciudad de Valencia. Por un lado, el estadio equilibrará la ciudad desde el punto de vista urbanístico, las nuevas instalaciones permitirán la celebración de eventos deportivos de primer nivel y hará posible que los valencianos disfruten de "tres o cuatro espacios repartidos en diferentes barrios de la ciudad". Tampoco vio problemas en la consecución por parte del Valencia de los solares que formarán parte del trueque, para el que no hay plazo fijado: "El Valencia quiere ser propietario cuanto antes; por eso se dará prisa en traernos [las parcelas]".

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